Novak Djokovic «tiene hambre, mucha ambición», señaló Carlos Alcaraz antes de que el serbio, 38 años y nº 7 mundial, se enfrentara al estadounidense Taylor Fritz, 27 años y nº 4. «Tengo muchas de ganas de venganza, obviamente», subrayó el español si se confirmaba el cruce con ‘Nole’.
Alcaraz, muy competitivo, no quiere historiales negativos con nadie, y ha perdido con Djokovic en cinco de ocho ocasiones, cuatro de las cinco últimas. Como más reciente, el KO en los Juegos Olímpicos y, sobre todo, la derrota en cuartos del último Open de Australia.
El murciano tendrá la oportunidad de revancha en las semifinales del US Open, este viernes, a las 21:00 horas o a las 01:00 de la madrugada española ya del sábado. ‘Nole’ se perdió el cumpleaños de su hija Tara, aunque no en balde. Además de los regalos preparados para la fiesta a la que no acudió, obsequió a su hija pequeña con la clasificación para su 53ª semifinal de Grand Slam, aumentando el récord. La decimocuarta en Nueva York, donde iguala al estadounidense Jimmy Connors. Y hubo coreografía dedicada a la pequeña, con unos pasos ensayados en casa con ella. Al son de la canción Soda Pop, de Demon Hunter.
Después de un rendimiento dudoso en las cuatro rondas anteriores, la capacidad de depredador de un campeón salió a relucir en la central. Explotó Djokovic en un ambiente ideal para que recuperarse buena parte de su tenis, enfrentado a 23.000 espectadores empujando a un Fritz, finalista de la edición anterior, que volvió a chocar contra el serbio, con mucha personalidad para mandar al principio y también cuando le tocó remar en la inferioridad, una vez las fuerzas le flaquearon.
Victoria, con agonía final, de Djokovic por 6-3, 7-5, 3-6 y 6-4 en 3h.24′, la undécima contra Taylor Fritz, cuya primera debilidad quedó expuesta cuando hizo el ‘break’, el primero después de diez bolas de rotura no aprovechadas, para 5-5 en el segundo set. Le duró nada, entregó su saque a continuación con doble falta. Resucitó el americano en el tercer set, pero no le valió para mucho pese a que el balcánico acusó el desgaste. Lo acabó con doble falta en un cuarto set más de corazón que estrategia.
Tiró de veteranía y de galones. La mayoría tiene un respeto reverencial al hombre que persigue su 25º Grand Slam, un quinto US Open. Renovar una cuenta que se estancó desde que triunfó en Nueva York en 2023. Alcaraz, como Jannik Sinner, honra su palmarés excepcional, pero en la pista no guarda ninguna veneración. Ni mucho menos se somete.
Todo un desafío para Djokovic, que señala a Alcaraz y Sinner como los rivales a batir. Ha llegado a las cuatro semifinales de los cuatro Grand Slams por séptima temporada. No pasó de ahí en Australia, Roland Garros y Wimbledon. El murciano está dispuesto a cerrarle el paso con todo, volver a ganarle. No lo hace desde Wimbledon 2024, en pista dura sería la primera ocasión después de tres intentos fallidos.
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Una confrontación generacional apasionante. Djokovic mandó un mensaje de poderío en cuartos, aunque Alcaraz es mucho más que Fritz. Dos animales competitivos saldando viejas cuentas. Arderá Nueva York.