La cita de este martes entre Salvador Illa y Carles Puigdemont será la primera foto entre ambos desde que asumieron sus cargos, un encuentro que las dos partes califican de «institucional». El Govern lo enmarca en su ronda de reuniones con expresidents y Junts como gesto de «respeto institucional», como también lo fue la llamada de Puigdemont para felicitarlo tras la investidura. Sin embargo, para los posconvergentes supone también un paso hacia el «reconocimiento político» a su líder, que sigue residiendo en Waterloo (Bélgica), a la espera de que el Tribunal Supremo decida si le aplica la amnistía, ya declarada constitucional.
Es una forma de amnistía política que no verán reconcocida del todo hasta que no sea el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien coja el avión hacia Bruselas. Este martes, el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha vuelto a reclamar esta reunión: «Para nosotros es importante que se miren a los ojos«, ha dicho en una entrevista en ‘Els Matins’ de TV3. Y ha justificado esa importancia como una forma de aplicar la «amnistía política» a Puigdemont, un «político de primera línea», mientras «los Llarenas» [en referencia al juez del Supremo, Pablo Llarena] retrasan la judicial.
Engrasar la relación PSOE-Junts
«No queremos fotos», ha insistido el dirigente posconvergente, que considera que la trascendencia de esta hipotética cita con Sánchez también seriviría para engrasar la relación entre ambos partidos, pese a que ha subrayado que no sería «condición» para nada, tampoco para sentarse a negociar unos Presupuestos. Eso sí, Turull ha sido claro al asumir que tras dos años de negociación entre PSOE y Junts en una mesa en Suiza, sería «importante» que el líder del partido y del Gobierno se sentara a hablar de su nexo de unión: el pacto de Bruselas que hizo posible su investidura. «Una reunión no lo arregla todo, pero sería importante», ha reiterado el posconvergente.
La relación entre socialistas y posconvergentes sigue marcada por la tensión. Desde hace meses, Junts amenaza con «tomar una decisión» al considerar insuficiente el cumplimiento del acuerdo. Turull ha vuelto a insistir en ello durante la entrevista, advirtiendo que este otoño «pasarán cosas», como ya anticipó Puigdemont, y que la reacción será «estructural» y no «coyuntural»: «No será solo dejar la mesa en Suiza, será un replanteamiento de la relación que debe tener una fuerza independentista con el Estado». Sin embargo, de nuevo no ha concertado plazos -«días, semanas, meses», deslizó- ni consecuencias. «O hay cambios disruptivos o tomaremos decisiones», ha sentenciado.
La supresión de la Audiencia Nacional
Junts reclama al PSOE mayor implicación para garantizar el cumplimiento de lo pactado en Suiza y para dar estabilidad a la legislatura. Turull ha criticado que los socialistas actúan con «complejo de inquilinos» en la Moncloa y no se atreven a «tirar las paredes maestras» que, a su juicio, sostienen el Estado desde el franquismo y son responsables del ‘lawfare’ que ahora también denuncian los propios socialistas. «La cúpula judicial es el garante del ‘atado y bien atado’ de Franco«, ha lamentado, recordando que ya habían advertido de que también irían contra ellos, en alusión a las recientes declaraciones de Sánchez sobre la persecución a su entorno.
Por ello, ha emplazado al presidente a emprender «reformas profundas», como la supresión de la Audiencia Nacional, que considera la evolución del Tribunal de Orden Público, el órgano franquista que perseguía los delitos políticos. «El PSOE siempre vive acomplejado ante este ‘deep state’ del Estado español; el PP se siente propietario y el PSOE inquilino», ha rematado.
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