“Putin es un depredador” y “no va a parar”, ese ha sido el mensaje de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante una ronda de viajes a los países en primera línea de defensa frente a Rusia para entender sus necesidades, que la alemana ha concluido este lunes.
Entre el viernes 29 de agosto, y el lunes 1 de septiembre, von der Leyen ha visitado siete países: Letonia, Finlandia, Estonia, Polonia, Bulgaria, Lituania y Rumanía. Los mismos que durante años advirtieron de la amenaza rusa, que se materializó finalmente con la invasión de Ucrania. “Es evidente que Putin no parará aquí”, advirtió la alemana desde Helsinki.
El objetivo de esta ronda de contactos y visitas era entender de primera mano cuáles son los retos a los que se enfrentan estos países, y cómo puede ayudar la UE. “Europa solo está a salvo si la frontera oriental es segura”, reconoció la presidenta durante su primera parada en Riga.
Amenaza existencial
La UE, cuya capacidad de influencia se ha basado durante décadas en la diplomacia y el desarrollo de legislación, se enfrenta a una amenaza existencial. Con las negociaciones de paz para Ucrania estancadas y ante la amenaza creciente de Rusia, la prioridad es el rearme. El objetivo es poder seguir apoyando a Kiev, y reforzar la capacidad de defensa europea.
Según los servicios de inteligencia europeos, el Kremlin está preparándose para poner a prueba al bloque en los próximos años. Que el sistema de GPS del que dependía la navegación del avión en el que viajaba la presidenta sufriera un ataque por parte de Rusia, según las autoridades búlgaras, da una idea del reto.
Bruselas, y los veintisiete, reconocen no estar listos. Y todos los esfuerzos se centran ahora en reforzar la seguridad del continente, y mantener el pulso al presidente ruso, Vladímir Putin, aumentando la presión sobre el Kremlin y apoyando al ejército ucraniano. “A medida que reforzamos la defensa de Ucrania, también debemos asumir una mayor responsabilidad por nuestra propia defensa”, aseguró la presidenta el pasado viernes.
Amenazas híbridas
“Estamos observando que Rusia y sus aliados están poniendo a prueba nuestra resistencia y sondeando nuestras vulnerabilidades, especialmente en el espacio aéreo báltico y en el mar”, aseguró von der Leyen desde Ämari, en Estonia, el pasado sábado. Lo hizo antes incluso del incidente que había obligado a los pilotos al mando del avión en el que viajaba a hacer uso de mapas para poder continuar el vuelo, ya sin GPS por una interferencia.
Porque otro de los grandes retos a los que se enfrenta el bloque es precisamente la protección de las infraestructuras críticas y la lucha contra las amenazas híbridas. Los flujos migratorios procedentes de Bielorrusia entran en esta categoría a ojos de la Comisión. Von der Leyen aseguró que habrá “financiación adicional” para los países que tienen frontera directa con Rusia o Bielorrusia, insistiendo en que “si ponen a prueba a [Lituania, Finlandia…], es Europa en su conjunto a quien se pone a prueba”. Un discurso prácticamente calcado en cada una de sus visitas.
Compras conjuntas y coordinación
Durante su viaje, von der Leyen ha sacado pecho por las distintas iniciativas que la Comisión ha puesto sobre la mesa. El principal papel de la UE, con la OTAN al mando de la coordinación militar, es poner dinero. La Comisión propuso en este sentido flexibilizar las normas fiscales para que los países pudieran aumentar su gasto en defensa. Bruselas cree que esto puede lograr movilizar hasta 800.000 millones.
Además, la alemana anunció el pasado viernes que 19 países, entre ellos España, han solicitado préstamos en condiciones favorables para compras conjuntas de armamento, munición, sistemas de defensa aérea… El objetivo del instrumento financiero europeo que asciende a 150.000 millones de euros es agregar la demanda y facilitar que los países, dentro y fuera del bloque, alcancen sus objetivos de capacidades militares de interés común.
Pero no es suficiente. Von der Leyen insistió en Krynki, Polonia que a Putin “solo se le puede mantener a raya mediante una fuerte disuasión”. Por eso, la presidenta anunció que su Comisión está explorando vías para aumentar el gasto en defensa, analizando las carencias existentes para poder marcar objetivos claros de aquí a 2030.
“Debemos coordinarnos, ser precisos y rápidos con el refuerzo de nuestra postura defensiva en la Unión Europea y, específicamente, en los Estados de primera línea”, aseguró la alemana. Todas estas cuestiones formarán parte del debate que los líderes tendrán en el marco del Consejo Europeo informal que se celebra el próximo mes de octubre en Copenhague. El presidente Antonio Costa ha iniciado también esta semana su propio tour de capitales.