İfakat estaba convencida de que Latif había llamado a su puerta, pero al abrir se ha encontrado con Orhan. Se ha puesto nerviosa de inmediato y le ha pedido que se marchara antes de que alguien los descubriera.
Orhan, tranquilo, le ha asegurado que nadie le había visto entrar. Le ha pedido que lo escuchara porque no había ido para hablar de ellos, sino de un problema mayor. “Tenemos que desviar la atención de mi padre, tanto de mí como de la empresa”, le ha dicho.
Ella le ha recordado que la última vez casi los pillan juntos y que si Halis sospechaba de nuevo podían perderlo todo. Pero Orhan ha insistido en que esta vez no había otra salida.
Entonces ha dejado claro su plan: demostrar que Halis ya no está en condiciones de tomar decisiones y pedir la tutoría legal sobre él. De esa forma, podrían quitarle todos sus poderes y controlar la situación.
İfakat se ha quedado helada. Sabe que si los descubren, las consecuencias serán devastadoras, pero también entiende que Orhan está decidido a llevarlo adelante.