Nadie dudó de que el fichaje de Joan Garcia por el Barça era necesario por calidad para un presente en el que Ter Stegen ya no intimidaba y por potencial para el futuro porque sólo tiene 24 años. Con actuaciones como la que protagonizó ayer en Vallecas, todavía queda más claro que los 25 millones abonados al Espanyol por su cláusula de rescisión no fueron un gasto sino la mejor inversión. Uno de los pocos interrogantes que podía haber era cómo se adaptaría a un equipo que defiende con la línea defensiva muy adelantada, lo que le obliga a jugar más lejos de la portería. Y otro podía radicar en que en el Barça, supuestamente, iba a tener que intervenir menos bajo palos que en el Espanyol, pero con más efectividad.
Y nada más lejos de la realidad. El Rayo dispuso de numerosas ocasiones, a veces válidas y otras anuladas luego por fueras de juego, pero en todas Joan Garcia puso manos salvadoras, pies milagrosos, hasta el cuerpo si hizo falta. Y fuera del área siempre estuvo atento para salir con celeridad y para jugar con acierto con el pie. En el gol encajado, el 1-1 de Fran Pérez, nada pudo hacer porque fue un remate muy próximo a portería que golpeó en el larguero antes de entrar. Pero si el Barça sumó un punto en Vallecas fue gracias a él. Por cierto: comienza a ser un pecado que Luis de la Fuente no se lo lleve a la selección. Ya hizo méritos con el Espanyol y ahora mantiene su nivel. No tardará. Y cuando vaya peleará por la titularidad. Es ley de vida.
Su exhibición comenzó en el 13’ cuando reaccionó moviéndose de un poste a otro con velocidad y reflejos para hacerse enorme y tapar con el cuerpo el disparo a bocajarro de Ratiu, que ya cantaba gol. Y en el 73’, con 1-1, De Frutos se quedó solo y Joan Garcia supo aguantarle el mano a mano hasta poner un pie salvador.
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En medio de ambas acciones, puso una mano a Isi, pero la acción estaba anulada por fuera de juego. Y en los últimos minutos también evitó que el balón entrara en disparos del propio Isi o Fran Pérez, aunque las acciones volvieron a quedar invalidadas por la posición de los delanteros. Pero él, por si acaso, ya las paró, que del VAR uno nunca se puede fiar.