Agosto se ha terminado y el final del verano trae consigo un nuevo curso jurídico, político… pero también expiran decisiones en estos marcos que debían haberse adoptado con antelación. Una de las más mediáticas en este sentido tiene que ver con quien todavía sigue resultando una de las personas del momento: Alberto González Amador.
El futuro del novio de Isabel Díaz Ayuso se mantiene en el aire tras su paso antes de la época estival por los juzgados, pero a esa incertidumbre se le suman otras cuestiones directamente relacionadas con él como el ático del que la pareja de la lideresa disfrutaba en el pudiente barrio de Chamberí.
El uso del tiempo pasado en estas líneas no es casuístico, y es que el mes anterior se acababa el plazo que el empresario, quien mantiene su litigio después de quedar demostrado que defraudó a la Hacienda Pública, disfrutaba para decidir sobre el futuro de un espacio que adquirió coincidiendo con aquellos hechos fraudulentos.
ElPlural.com ya informaba hace unos días de que el compañero sentimental de la política ‘popular’ podía jugar tres bazas para con el inmueble: la de mantener el alquiler -renovación de contrato-, optar por su compra o desprenderse de él para siempre.
De todas ellas, la última parecía la más factible, pero este periódico no ha podido conocer cuál ha sido la decisión final, ya que todo lo que rodea a la propiedad lo envuelve una capa de hermetismo. Da igual a quien se pregunte, nadie sabe nada y quien está claro que sí sabe, tampoco dice nada; incluso tratándose de la fuente más directa.
Este medio de comunicación ha recibido la respuesta de voces autorizadas tanto del entorno de González Amador como de Ayuso. Por orden, el fiscalista y casero del primero, Javier Gómez Fidalgo, respondió vía correo electrónico a las preguntas sobre el futuro del ático, limitándose a limitar el tema a un “asunto privado”. “No deseamos dar información”, contestó. Diferente fue la reacción de la defensa del novio de la responsable de Sol, quien eludió atendernos.
Mientras tanto, Miguel Ángel Rodríguez -más conocido como MAR-, jefe de gabinete de Ayuso y uno de los nombres inesperados en el caso que cerca al protagonista de estas líneas por la filtración de un correo con la Agencia Tributaria a diferentes medios de comunicación de la derecha mediática para intentar exculparle, dijo no tener “ni idea” de lo que iba a suceder con el enclave.
¿Qué pasará con la propiedad de lujo de González Amador?
En septiembre, la pareja de la presidenta y su casero han tenido que adoptar una decisión sobre el ático de un millón de euros, un precio a pesar del cual la lideresa regional frivolizaba cuando se calificaba como un lugar “de lujo”.
Fue en una rueda de prensa, en respuesta precisamente a un periodista de esta casa, donde la política frivolizaba con la definición, resultado no solo del precio sino de las prestaciones del inmueble. El ático conecta con un sexto piso y la unión de los dos suman diez habitaciones, seis baños, dos despachos, otras dos cocinas y salones, cuatro vestíbulos y una terraza.
Hay que destacar que la decisión que haya tomado González Amador tiene un coste. Si en última instancia hubiera apostado por comprar la propiedad, el montante a invertir será el alquiler durante dos años y cerca del 6% adicional, lo que deja la cifra total en 1.127.000 euros, aún por debajo del precio de mercado. En cuanto tiene que ver con el alquiler, el novio de Ayuso ya pagaba una hipoteca de entorno a 3.000 euros por el piso del pudiente distrito madrileño, y después desembolsó 5.000 euros por el alquiler del ático.
342 metros cuadrados problemáticos
Los documentos a los que tuvo acceso ElPlural.com dejan claro que ni el piso ni el ático se encuentran al alcance de cualquiera. Entre los dos espacios suman 342 metros cuadrados (184 metros la residencia y 158 el ático).
En otro orden de cosas, cabe recordar que González Amador tuvo problemas con una macrorreforma que llevó a cabo y cuyas modificaciones -expediente fantasma mediante- fueron denegadas por el Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida. A pesar de lo que a todas luces parecía ilegal y que tuvo como consecuencia, tal y como corroboró entonces este periódico, la inundación de aguas fecales en restaurantes situados en la planta baja del inmueble, las obras siguieron adelante.
A pesar de lo evidente, la presidenta de la Comunidad de Madrid llegó a reírse al escuchar las palabras «ático de lujo» cuando las pronunció un redactor de este medio en rueda de prensa. «¿Podría aclarar si el piso en el que vive está unido con el ático de lujo de la planta superior? ¿Y cómo explica esa unión si el Ayuntamiento la prohibió?», fue la cuestión planteada. «Hay que morirse de la risa con ustedes«, dijo, al referirse al inmueble como «de lujo».
Súmate a
Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.
hazte socio