Durante una una intervención en un foro esta semana, la directora de la comercio de la Comisión Europea, Sabine Weyand, reconoció que con Estados Unidos, no había habido una negociación sino un control de daños para que Washington no abandonaba a Ucrania ni se desentendía de la seguridad de Europa. Los expertos entrevistados por EL PERIÓDICO coinciden en que el mayor reto para el bloque es lograr un equilibrio casi imposible entre avanzar hacia la autonomía estratégica, y no enemistarse con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
“Ucrania sigue siendo el mayor desafío a corto, medio y largo plazo de Europa”, defiende Jacob Funk Kirkegaard, investigador del think tank económico Bruegel. También Andrea Renda, director de investigación del CEPS (Centro de Estudios Políticos Europeos) que lo describe como una cuestión “existencial” para la UE.
Eric Maurice, analista político del European Policy Center, coincide. El mayor reto para la Unión es gestionar las relaciones con Trump y las consecuencias de la guerra en Ucrania. Y preferiblemente, apunta Maurice, hacerlo “limitando las consecuencias políticas internas y las consecuencias económicas”. Porque para el presidente de EEUU, cualquier ámbito de la política es negociable.
El desacuerdo comercial
“Lo vimos con el acuerdo comercial, que, si se analiza desde el punto de vista puramente de la política comercial, es un acuerdo terrible, muy desequilibrado”, explica Kierkegaards, “pero si se tiene en cuenta el aspecto de la seguridad, creo que la cosa cambia bastante”. Para el experto, Ucrania es, sencillamente, más importante. “Si Ucrania perdiera esta guerra, daría igual que tengamos una guerra comercial con Estados Unidos”, subraya.
Para Maurice que parte de ese acuerdo incluya compras de armamento estadounidense lo dice todo. “Es una forma de apaciguar o complacer a Trump para mantenerlo de buen humor en relación con la cuestión de las garantías de seguridad o, más ampliamente, con la guerra en Ucrania”, apunta. En ambos ámbitos, en lo económico como en lo militar, “los europeos necesitan mantener buenas relaciones con Trump”.
“Debemos esperar que intente cambiar los términos del acuerdo, o como queramos llamarlo, en los próximos meses”, añade en referencia al pacto comercial que Estados Unidos y la UE sellaron el pasado mes de agosto. Aunque reoconoce que, en gran medida, «tienen las manos atadas debido a la necesidad de tener en cuenta consideraciones de política de seguridad”, asegura el experto.
Una defensa europea
Evitar tener las manos atadas pasa porque Europa sea de facto independiente para garantizar su seguridad. “No creo que podamos confiar en Estados Unidos. Creo que deberíamos avanzar hacia una posición mucho más independiente”, alega Kirkegaard, “pero debemos ser honestos”, añade, “llevará tiempo”. El experto apunta a que los europeos no estarán listos para defenderse de un posible ataque ruso en los próximos cinco años. Alcanzar esa meta, “costará mucho dinero”.
Al mismo tiempo, defiende que Ucrania y el ejército ucraniano serán los más fuertes de Europa. Por eso, la clave es mantener el apoyo militar. “Ayudamos a Ucrania hoy para que Ucrania pueda ayudarnos a largo plazo”, explica. En este sentido, Kierkegaard insiste en la colaboración con Estados Unidos. Porque más allá de las reticencias de Washington a proveer de armas a Ucrania, la inteligencia estadounidense es tan importante como irremplazable.
“Sí, la dirección hacia una mayor independencia, autonomía estratégica o como queramos llamarlo es absolutamente la correcta. Pero debemos reconocer que nunca hemos sido independientes de Estados Unidos en materia de seguridad”, subraya. «Estamos tratando de revertir más de un siglo de dependencia directa o indirecta de la intervención militar estadounidense en Europa», añade.
Imprevisible
Una de las razones por las que Trump supone un reto significativo para la UE es que el presidente de Estados Unidos no distingue entre políticas. “Con Trump, todos los asuntos están relacionados y utiliza todos los argumentos o todas las palancas para obtener concesiones por parte de los europeos”, explica Maurice.
Un ejemplo es la regulación de las grandes tecnológicas. La Comisión asegura que ha salido de las conversaciones comerciales con la autonomía reguladora de la UE intacta. Pero apenas unos días después de cerrarse el acuerdo, Trump volvió a amenazas a los países europeos que apliquen las normas comunitarias que regulan los mercados digitales y el contenido online con aranceles y sanciones.
“Da la sensación de que, haga lo que haga, Trump siempre tendrá un motivo para presionar a la Unión Europea, mientras que los europeos necesitan buenas relaciones logísticas y diplomáticas con Estados Unidos”, reconoce Maurice. Porque el equilibrio es prácticamente imposible, el analista reclama coherencia.
BABE frente a MAGA
Maurice alega que los mismos líderes europeos que tras las elecciones de noviembre llamaron a una mayor autonomía del bloque, agachan ahora la cabeza. En gran medida, porque los objetivos a corto y medio plazo son de facto incompatibles. A largo plazo, la UE aspira a una mayor independencia económica y militar y, a corto, a evitar enemistarse con Trump. Al no tomar medidas, “hacemos concesiones, y algunas concesiones son contradictorias con los objetivos que nos hemos fijado a largo plazo”, apunta.
Para Renda, hay que “responder al MAGA con BABE”. Que se traduce por, frente al Make America Great Again (Hagamos a América grande de nuevo), Buy American, Build Europe. “En este momento, tenemos que comprar americano,” reconoce Renda, pero en paralelo, “tenemos que poner las bases para una política industrial europea que sea más integrada”.
El analista defiend además que “el enemigo más grande de la Unión Europea en este momento no es Trump”, sino la propia UE. “Las barreras internas que tenemos en el mercado europeo suponen un arancel de mínimo un 63% en muchos bienes y servicios”, explica citando el informe del ex primer ministro italiano Mario Draghi. La guerra comercial de Trump tiene que ser un motor para el refuerzo del mercado interior. “Es una oportunidad para la Unión Europea”, defiende.
Renda no ver sin embargo demasiado apetito entre los líderes para acometer las reformas necesarias. La resistencia es particularmente importante en todo lo que tiene que ver con agilizar la toma de decisiones en el bloque y hacerlo más eficiente. Si no toman medidas, “serán los europeos, no los americanos, los coreanos, los chinos o los rusos, quienes maten el proyecto de la Unión Europea”, advierte.
Los beneficios de esas reformas deben llegar a toda la población si la UE quiere tener éxito. “Eso necesita una política industrial, una política de cohesión, política de competencia, política de subsidios y política de gobernanza multinivel nueva», alega Renda que cree que la propuesta de presupuesto multianual de la Comisión para 2027 “va en la buena dirección pero no es suficiente”. Unidad y ambición, en este sentido, serán las claves para determinar si los europeos están a la altura del reto, o no.
Una Europa, ¿a 35?
Una de las decisiones más apremiantes que la UE tiene por delante es cómo desbloquear el proceso de adhesión para Ucrania y Moldavia. Los expertos consultados por EL PERIÓDICO son optimistas. “Creo que Ucrania se convertirá en miembro de la UE a medio plazo,» asegura Kirkegaard, apuntanto al mismo motivo detrás del acuerdo comercial. La seguridad es más importante que cualquier otra cosa”, defiende.
El experto defiende que no puede haber una Europa “estratégicamente independiente” sin que “Ucrania asuma la carga principal de disuadir militarmente a Rusia”. Hacer esto posible, pasa porque los ucranianos disfruten de los beneficios -sobre todo económicos- de ser parte del bloque. Una opinión que comparte Andrea Renda que cree que la Comisión debería haber incluido el coste de la entrada de Ucrania en la propuesta de presupuesto.
Pero la ampliación debe continuar más allá del país eslavo, hacia los Balcanes Occidentales. “La ventana de oportunidad para expandir la UE es Ucrania”, apunta Kierkegaard. Para Renda, es importante no dejar a nadie atrás. “Si esos países han estado en la incertidumbre por muchos años se ven superados por Ucrania”, advierte el analista, “algún día va a pasar alguien y hacerles una oferta mucho mejor”.
Suscríbete para seguir leyendo