“Está claro que no quieren”

El genocidio con el que Israel está masacrando a la población palestina no ha tenido ninguna consecuencia para sus responsables. La Unión Europea (UE) contempla inmóvil los crímenes de guerra, genuflexa ante el principal aliado y mecenas de Benjamín Netanyahu, los Estados Unidos de Donald Trump. España, uno de los países más críticos con la situación, no pasa de las palabras y los gestos simbólicos, y una de las grandes voces del Gobierno y cabeza de la parte minoritaria de la coalición, Yolanda Díaz, apunta directamente al socio con mayor el peso, el PSOE.

Hay una parte del Gobierno que está claro que no quiere romper relaciones diplomáticas con Israel”, ha señalado directamente la vicepresidenta segunda del Ejecutivo en una entrevista concedida a la televisión pública. “Es evidente”, ha insistido la también ministra de Trabajo y Economía Social, quien ha garantizado que mientras que “desde Sumar lo tenemos clarísimo”, los socialistas se hacen los remolones para no tomar verdaderas medidas que sí que se han asumido con países como Rusia. “Existe una clara diferencia de posturas”, ha resaltado Díaz.

Para la líder de los magentas es evidente que “el Gobierno de España debería romper relaciones diplomáticas con Israel”, algo que no parece que vaya a producirse en el corto plazo. “Hay un debate dentro del Ejecutivo y tenemos una discrepancia con el PSOE”, ha expuesto la gallega. Asimismo, ha recordado casos mucho menos graves, como la crisis diplomática vivía con Argentina y que llevó a la llamada a consultas de la embajadora. “Un genocidio retransmitido en directo, asesinar a niños a diario, matándolos de hambre, asesinar periodistas. ¿No creen que es suficiente?”, ha trasladado la pregunta.

Esta cuestión, dirigida directamente al PSOE, incomoda a todas las democracias europea, muchas en las que incluso se está persiguiendo incluso a quien protesta por el genocidio o porta una bandera o camiseta con signos palestinos. “Nadie discute la vulneración del derecho internacional por parte de Netanyahu”, ha continuado Díaz, “y cuando se vulnera, igual que lo hacemos cuando lo vulnera Putin, se procede a ningún comercio”, ha expuesto Díaz. “Ni de armas ni de nada. Ruptura de relaciones absolutas”, ha espetado. “Lo hemos hecho con Rusia, aquí no. ¿Por qué?”, ha vuelto a preguntar.

La respuesta la tiene claro la totalidad de la población mundial, los mandatarios de todas las grandes democracias y el propio Netanyahu. Esta diferencia de posicionamiento, como ha sucedido cientos de veces a lo largo de la historia, responde a la postura de Estados Unidos que, como ocurre desde que el país norteamericano existe, marca la del resto del autollamado mundo occidental. Tanto es así que los Gobierno europeos siquiera se atreven a denominar oficialmente al genocidio con dicho término y no aplican, como en el caso de Francia, la orden de detención de la Corte Penal Internacional que pesa sobre Netanyahu.

Europa arrodillada, España detrás

El Ejecutivo español tampoco califica en su postura oficial el genocidio como lo que es y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, evita incurrir en dicho término aludiendo a la diplomacia y quitando importancia a los términos, que lo son todo. “No sé muy bien porque el resto no usan el término”, ha reaccionado Díaz al ser preguntada por esta cuestión, evitando señalar directamente. «¿Son relativizables las normas internacionales y los derechos humanos? ¿Valen menos las vidas de los niños palestinos que en otras partes del mundo?”, ha lanzado otras dos preguntas.

Con todo, los civiles palestinos asesinados a bombazos y hambre superan los 63.000, gran parte de ellos niños, y la diplomacia ha demostrado una vez más su inoperancia cuando quien protagoniza las masacres son los países poderosos. “A la Unión Europea (UE) nos va a juzgar la historia”, ha lamentado Díaz, que se ha acordado la máxima responsable.

La posición de Úrsula von der Leyen estos meses no la comparto en absoluto”, ha cargado la número tres del Gobierno de España. La vicepresidenta ha considerado que el último acuerdo de aranceles es ya la gota que ha colmado el vaso del vasallaje europeo y la presidenta de la Comisión Europea, “más entregada a los intereses de los norteamericanos que de los europeos”, es la principal responsable de esta posición.

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