El 20 de junio de 2021, el Rayo Vallecano se impuso 0-2 en los play-offs de ascenso a Primera Divisón en el campo de fútbol del Girona. Impidió el salto del equipo gerundense un año más. Pocos días después, Aniol -13 años- convenció a su padre, Isaac Parés (Barcelona, 1975), de que Gosbi, la empresa que este fundó y preside, patrocinara al equipo catalán. Firmó un contrato por tres temporadas con el filial del Manchester City que coincidió, además de con su deseado regreso a Primera, con un hito histórico para la entidad: el Girona quedó tercero en la Liga y se clasificó para la siguiente edición de la Champions League.
Gosbi, empresa especializada en comida gastronómica (así la define su publicidad) para mascotas, dio, gracias al fútbol, un gran paso adelante en reconocimiento público más allá del sector de la veterinaria en que se había centrado. Concienciar, ya no solo a las clínicas de animales, sino también a los propietarios de mascotas de que estos pueden y deben comer mejor y más sano es el gran desafío de esta empresa con sede en Santa Llogaia d’Àlguema, al lado de Figueres, y que en 2024 facturó 65 millones de euros. En 2018 facturaba 18,5 millones.
Cuenta con tres fábricas -dos en Huesca y otras dos en Catalunya (Bellpuig y Olost)-, 230 empleados y 250 referencias de productos. El objetivo hoy (basta con ver la construcción de la nueva nave) es llegar en algún momento en los próximos cinco años a superar la barrera de los cien millones.
Momento grabado
«He llegado mucho más lejos de lo que esperaba. Cuando en el pasado te has arruinado, ya sabes de dónde vienes y eres consciente de que te puedes levantar». Parés tiene grabado en su memoria el momento en que la pequeña explotación agrícola de su familia en Garriguella (Alt Empordà) se arruinó con el cambio de siglo por culpa del mal de las vacas locas. Aquello le impulsó a fundar un nuevo negocio tras meditar, investigar y dejarse asesorar por alguno de sus viejos clientes y empezar de cero: producir comida seca para animales de compañía.
Parés forma parte de los empresarios hechos a sí mismos, que abandonaron los estudios para dedicarse al negocio familiar, Rumillet. A los 13 años ya tenía ovejas y al poco tiempo negociaba con pollos de payés de El Prat del Llobregat (Barcelona), conocidos por su calidad. «Cuando les dije a mis padres tras hacer COU que no quería seguir estudiando, fue un drama familiar. Decidí incorporarme del todo a la compañía. A los 19 años ya me pateaba España en coche, donde muchas veces dormía, para vender carne de la explotación familiar», explica quien, sin admitirlo directamente, tiene el espíritu comercial inyectado en las venas del cuerpo.
Fue en 2003 cuando fundó Gosbi, tras año y medio de análisis del mercado de piensos para mascotas. «Me di cuenta de que los grandes fabricantes del sector ignoraban al veterinario para vender sus productos. Nosotros decidimos dirigirnos a él». Invirtió en la primera fábrica y, con su padre como socio al 50% y dos empleados, empezó la aventura. Su primer cliente fue una veterinaria de Palafrugell (Baix Empordà), Casademont. El conocimiento de la red de ventas de su etapa en la empresa familiar fue decisiva para empezar a vender.
De los 2.000 millones que representa el mercado para mascotas domésticas, el 80% (1.600 millones) está controlado por las grandes multinacionales, entre las que se encuentra la filial del grupo español GB Foods (antigua Agrolimen), que vende mayoritariamente en las superficies comerciales. Los otros 400 millones son los que se venden a través de canales especializados.
Máxima satisfacción
«No trabajo con objetivos, salvo mi interés en que los clientes estén satisfechos», afirma, pero Parés sí tiene marcada una ruta para seguir creciendo sin perder de vista el núcleo esencial: «Estar en las mejores clínicas veterinarias y mantener los márgenes de negocio, manteniendo precios, única garantía de calidad». Para él, estos retos no son contradictorios a la hora de lograr que las ventas online (por debajo del 5% actualmente) lleguen al 20%. «Es una manera de vender directamente al cliente», que empieza a tener un mayor conocimiento de marca sin pasar por el canal. El otro es mantener la expansión internacional, donde ya vende el 30% de sus productos en 52 países. Acaba de entrar en Arabia Saudí y estudia una inversión fabril en Rumanía.
Gracias a Gosbi, Parés ha iniciado su entrada en otros negocios en apoyo a la comarca. Ha comprado la bodega ampurdanesa Vins de Taller y la empresa de alimentación artesana L’Amant. Ya abandonado el Girona, Gosbi patrocina el equipo de fútbol del Figueres. Y, de aquello que se siente más orgulloso, es de su academia agrícola y deportiva para niños en Burkina Faso (África). «No me hace feliz solo crecer en facturación», insiste.
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