Es el relato, amigos

La política española parece un taller literario donde troyanos y tirios pugnan por dominar el relato. Políticos de todo signo usan la palabra relato como otros usan el colutorio: para esconder el mal aliento. Pedro Sánchez no gobierna: narra. Escribe el monólogo de sí mismo, héroe solitario asediado por villanos de distinto pelaje. Tampoco Feijóo queda exento de esta nueva narrativa. El líder del PP promete el poema épico que consiste en provocar una tormenta en una taza de tila. El relato de Sumar, por su parte, es tan ineficiente como pretender escribir “Guerra y paz” en una pizarra de Ikea. El de Vox parece el guion de un western de sobremesa: todo ruido, todo pólvora y caballos desbocados.

Fuente