Con una tasa de desempleo que se sitúa entre las más bajas de España, la provincia de Teruel está dispuesta a dar la campanada en los próximos años. «El bum aún está por llegar», indican las entidades empresariales. A pesar de su reducido tamaño y dispersión poblacional, el paro ha pasado en doce años del 19.6% al 6,6% entrando casi en niveles de pleno empleo. Las razones se encuentran en la inversión industrial, pero también en una estructura demográfica que en los últimos años ha permitido frenar la sangría demográfica y ofrecer un mercado laboral estable.
El presidente de CEOE Teruel, Juan Ciércoles, destaca que la evolución económica de la provincia ha permitido revertir la imagen de abandono de varias décadas atrás. «Estamos en un territorio de futuro en el que se está contratando a gente y se contratará a mucha más», adelanta.
En este sentido, manifiesta que se han hecho los deberes, gestionando ayudas públicas para el desarrollo y trabajando por crear nodos de desarrollo en sectores variados. Aquí, además, se han visto beneficiados por la llegada de inversiones estratégicas en sectores emergentes que prometen transformar su estructura económica, sobre todo a través de la apuesta logística alrededor del Aeropuerto de Teruel y las inversiones en energías renovables.
«Lo bueno es que gran parte de estos desarrollos no podrían realizarse en otros lugares, eso nos da muchas esperanzas en el futuro«, manifiesta Ciércoles. El Gobierno de España invertirá 42 millones en el aeropuerto de Teruel para crear el Centro Integral de Entrenamiento y Movilidad Aérea (CIEMA) del Ejército del Aire y del Espacio que prevé crear 350 empleos directos e indirectos en Teruel y su entorno.
La provincia, según los datos del Instituto Aragonés de Estadística, tiene indicadores al alza en prácticamente todas las variables analizadas en el primer semestre del año con 59.819 afiliados a la Seguridad Social y un paro de solo 3.940 personas. «Estamos en un territorio que es capaz de ofrecer un proyecto de vida a todo el mundo que lo necesite», manifiesta el presidente de la Diputación Provincial de Teruel (DPT), Joaquín Juste.
«Hace unos años se veía como un éxito marcharse de las provincias y como un fracaso el trabajar aquí, pero ahora eso ha cambiado y son zonas muy valoradas para vivir», indica Juste a la hora de valorar tato la calidad de vida como la estructura social.
En la parte negativa de los datos de pleno empleo y la llegada de inversiones está la crisis de la vivenda, algo que podría propiciar el desarrollo de poblaciones cercanas a las capitales de comarca, donde el acceso a un piso es más asequible. «Las previsiones son optimistas», indica Juste.
«Es el gran reto al que se enfrenta el territorio, igual que pasa en otras zonas despobladas», manifiesta el responsable de la patronal. Para eso reclaman que las administraciones públicas desarrollen todas las herramientas que estén en sus manos para ofrecer alojamientos ante el riesgo de que las empresas no puedan captar los trabajadores que necesitan. La demanda es especialmente intensa en la hostelería, la construcción y los oficios más básicos.
Por otro lado, desde el sector empresarial reclaman que no se olvide la necesidad de seguir apostando por las inversiones en infraestructuras. Una petición histórica que permitirá en el futuro mejorar la vinculación industrial con Valencia, abriendo nuevas vía de desarrollo. Estos avances pasan por el corredor ferroviario Cantábrico Mediterráneo de altas prestaciones y la mejora y apuesta por infraestructuras como la prolongación de la autovía A-68 hasta el Bajo Aragón, la finalización de la autovía A-40 entre Teruel y Cuenca o la A-25 entre Monreal del Campo y Alcolea del Pinar.
Además, Ciércoles, señala la necesidad de aumentar las ayudas al funcionamiento al 20%, el máximo que permite la Unión Europea.