No se puede crecer hasta el infinito. El sector turístico canario lleva años disfrutando de buenos números. Una escalada de récords que parecía imparable. Pero todo indica que el techo está cerca y que lo que toca ahora es aterrizar. Con calma y sin grandes turbulencias. Manteniendo una tendencia de crecimiento, pero a un ritmo mucho menor. Un desarrollo que el sector ve lógico y que lleva a renunciar al hito de cerrar 2025 con más de 18 millones de turistas, la cifras más alta de la historia de Canarias. La región acabó 2024 con 17,77 millones de turistas, según los datos de la Estadística de Movimientos Turísticos en Fronteras, que elabora el Instituto Canario de Estadística (Istac), y parece que este año va por el mismo camino. Todo depende de la temporada alta, que arranca en octubre y que puede verse alterada por la reducción de reservas del mercado alemán como consecuencia de la complicada situación económica del país.
«Tenemos un momento de regulación, de aterrizaje suave y lo que tenemos que tener en cuenta es que el nivel de las economías que nos envían a los turistas no son niveles que puedan seguir aguantando una situación de crecimiento como la que hemos venido teniendo después del covid», reconoce el presidente de la patronal turística de la provincia de Santa Cruz de Tenerife (Ashotel), Jorge Marichal, quien cree que los números serán bastante parecidos a los de 2024 o, incluso, «estarán un poco por debajo».
Pero la patronal le ve el lado positivo. «La buena noticia es que el sector sigue siendo pujante, sigue generando empleo y se ha generado mucho valor añadido en las instalaciones y en la actividad turística canaria», asegura el también presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat).
Otros parámetros
También el presidente de la Federación de Hostelería y Turismo (FEHT) de la provincia de Las Palmas, José María Mañaricua, prevé que las cifras serán «muy similares» a las del año pasado, pero mejorarán otros parámetros. «En cuanto a empleo y recaudación de tributos ha sido un año récord», afirma el empresario.
Esa es, en definitiva, la percepción generalizada en el sector: 2025 se perfila, por ahora, como un año muy parecido al 2024, un ejercicio que ya fue positivo en todos los indicadores. Pero el verdadero termómetro para Canarias comienza ahora, con el arranque de la temporada alta en octubre. Y este año llega con una incertidumbre añadida. A los factores geopolíticos que ya se arrastran de años anteriores se suma la debilidad de la economía alemana.
Jorge Marichal: «Estamos en un momento de regulación, de aterrizaje suave» Las patronales achacan el freno de la restauración y el ocio al auge de la vivienda vacacional en las Islas
El PIB del país se contrajo un -0,3% en el segundo trimestre de 2025, un resultado que triplicó la caída esperada del -0,1% inicial. El temor a una recesión planea sobre el país y, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, los alemanes -un mercado clave para el Archipiélago- tienden a mostrarse más conservadores en sus decisiones de consumo y a reducir sus viajes en tiempos de inestabilidad. Aunque el impacto no será homogéneo en todas las islas, ya que hay algunas como Gran Canaria o La Palma que se nutren más del mercado alemán.
Y no solo se trata de sospechas, las patronales ya tienen las cifras en la mano. «He hablado con los turoperadores y los números ya van por debajo en Canarias, estamos hablando de una caída de un 8 o un 9%» asegura Marichal.
No obstante, el dirigente de Ashotel insiste en que aún hay margen para corregir la situación. Considera que el sector no debe resignarse a esa caída y que todavía hay herramientas para revertir la tendencia. «Todavía estamos a tiempo, de reaccionar, de hacer propuestas, de hacer ofertas, de intentar generar mayor demanda y estamos trabajando en eso, pero desde luego que las cosas no vienen con respecto al mercado alemán para la temporada de invierno», advierte.
El retroceso del mercado alemán no solo preocupa a las patronales. También lo perciben empresarios concretos del sector. El director general de Cordial Hotels & Resorts, Nicolás Villalobos, confirma que las reservas procedentes de Alemania muestran signos de debilidad. Según explica, TUI Alemania -uno de los grandes turoperadores europeos- registra descensos en torno al 6% o 7% en sus establecimientos. «Parece que el cliente alemán está adoptando una actitud más conservadora», reconoce.
Otra visión llega desde Dreamplace Hotels & Resorts, donde su director de marketing y ventas, Jordi Estalella, coincide en que el mercado alemán muestra signos de ralentización, aunque matiza el impacto. Según explica, las islas de Gran Canaria y Fuerteventura podrían verse más afectadas, pero considera que sería precipitado afirmar que la temporada irá mal. «Las cosas van más ralentizadas, pero nosotros prevemos un buen invierno», asegura. Estalella subraya, además, que la situación geopolítica sigue siendo cambiante y que factores como la guerra, los precios o incluso la relación con Rusia pueden influir en la demanda desde Centroeuropa.
Por otro lado, algunos empresarios relativizan el efecto inmediato de la ralentización alemana. El presidente de la Federación de Hostelería y Turismo de Las Palmas, asegura que, de producirse una recesión en Alemania, sus efectos no se notarían hasta el año que viene. «Dicen que entrará en recesión en el tercer trimestre. Tenemos que ver cuándo entra y cuáles son los efectos», explica. Según Mañaricua, históricamente el mercado alemán se retrae de forma gradual, por lo que los impactos se reflejarían de cara a 2026 y 2027. Además, apunta que buena parte de la temporada de invierno en Canarias ya está prácticamente asegurada, con entre un 40% y un 50% de las reservas ya confirmadas, lo que limita el efecto inmediato sobre la llegada de turistas.
Desde la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias también coinciden en que los efectos de la situación económica alemana se percibirán más a largo plazo. Jéssica de León subraya que, por primera vez desde la pandemia, las reservas del mercado alemán muestran cifras positivas y una antelación de entre seis y nueve meses, lo que reduce la probabilidad de grandes fluctuaciones durante noviembre o diciembre. Aun así, advierte que habrá que seguir de cerca posibles cancelaciones, y que será el primer trimestre de 2026 cuando se pueda evaluar con mayor claridad el impacto real.
Comprar en supermercados
Más allá de la evolución de los mercados emisores, en Canarias se está produciendo otro fenómeno que preocupa al sector: aunque los hoteles mantienen buenos niveles de ocupación, la restauración y el ocio no están creciendo al mismo ritmo. Las patronales lo vinculan directamente al auge de la vivienda vacacional, que ya concentra más del 30% de las camas turísticas del Archipiélago. «El crecimiento de turistas está viniendo por ahí», señala Mañaricua, mientras que Marichal recuerda que «los clientes de las viviendas vacacionales tienden a economizar, compran en supermercados y consumen menos fuera».
En la Península, donde el verano es la gran temporada alta, los empresarios ya han advertido de una cierta retracción del mercado, que atribuyen tanto al auge de la vivienda vacacional como a la subida de precios. En Canarias, sin embargo, las patronales insisten en que el Archipiélago juega en una liga muy distinta: con un calendario turístico propio y con tarifas diferentes. Mañaricua defiende que los precios solo han subido en torno a un 4% respecto al año pasado -por debajo de los gastos-, mientras que Marichal resume la situación con una idea que comparte buena parte del sector: «El mercado es sabio y se regulará solo».
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