Dos viejos lobos de mar de las costas valencianas han pujado en los últimos meses por hacerse con las ventajosas rutas del norte de África y las islas Canarias, en suma, con el negocio de la naviera Armas Trasmediterránea. La victoria naval se ha decantado por la firma alicantina Baleària frente al grupo Boluda, el gigante mundial de los remolcadores que progresivamente se expande más y más por otros negocios del mar, como el transporte de mercancías y pasajeros. Adolf Utor, presidente de la firma con sede en Dénia, logra un triunfo con el que consigue el liderazgo en el sector, precisamente, para plantar cara a los grupos internacionales que se han puesto a competir en España en el segmento de mercado de transporte de pasajeros y carga por mar.
Ni Baleària ni Armas han querido divulgar el importe de la operación. La última oferta, del pasado julio, llegaba a los 206 millones, aunque se ha especulado con que se podría haber cerrado en hasta 300 millones. La operación supone para la compañía alicantina incrementar de manera considerable su negocio, hasta el punto de que los 691 millones que facturó el año pasado superarán la barrera de los mil –Armas factura 420– en cuanto se formalice la operación, que aún requiere del visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC). Habrá algún daño colateral. La propia empresa da por hecho que va a tener que romper su alianza de ocho años con Fred Olsen, la compañía de ferris noruega con la que opera rutas desde Huelva a Tenerife y Las Palmas.
Fuertes competidores
Utor ha dejado claro desde hace tiempo la necesidad que Baleària tiene de crecer para hacerse fuerte después de que en los últimos años multinacionales como MSC y Grimaldi hayan empezado a competir con ella en su mercado natural, como es sobre todo las rutas con las Baleares, pero también con Marruecos (la primera de las dos citadas). La compra de Armas Trasmediterránea le va a nutrir de una armada de buques considerable a sumar a los 43 (30 en propiedad y 3 en construcción) que ya tiene para librar las nuevas batallas. Son 15 los que ha adquirido. Con todos ellos, los 2.600 trabajadores que tiene la firma de Dénia y los 1.500 que hereda del grupo recién adquirido, deberá hacer frente a un sinfín de rutas.
Las nuevas rutas incluyen todas las conexiones interinsulares de las Canarias y las líneas desde Cádiz al archipiélago que operaba Armas tras quedarse con Trasmediterránea. Además, se ha adjudicado las líneas marítimas de Alborán, que comprenden conexiones entre Almería, por un lado, y Melilla, Argelia y Marruecos, por el otro. Por último, se hace cargo de un buque con su correspondiente personal en la ruta desde Algeciras a Ceuta y Tánger. No obstante, la mayor parte de este negocio en el estrecho de Gibraltar se lo ha quedado el grupo naviero danés DFDS.
Adolf Utor, presidente de Balearia, en Dénia, delante de uno de sus buques / Fernando Bustamante
La parte de Baleària es considerable: las rutas desde Barcelona, València y Dénia con las Baleares, las conexiones internas en este archipiélago, las que salen de la capital catalana hacia Argel y desde la valenciana a Orán y Mostaganem, ambas en Argelia, las ya citadas con Fred Olsen y las que opera en el mar de Alborán que unen Almería con Nador y Motril , y Tarifa y Algeciras con Tánger. Todo ello sin olvidar que está presente en América con las rutas desde Ford Lauderdale, en Florida, con las islas Bahamas y que tiene en previsión conectar la República Dominicana con Puerto Rico.
Como en otras ocasiones, Utor va a recurrir a su propio músculo financiero para consumar la compra de Armas, que está en manos, en un 94 % del capital, de los fondos de inversión JPMorgan, Barings, Bain Capital, Cheney Capital y Tresidor. Con esta operación, de alguna forma, Utor profundiza en sus raíces. Y es que el empresario nació en 1961 en la localidad marroquí de Alhucemas. Luego, junto a su familia, se trasladó a Dénia, de donde ya no se ha movido.
Rápido ascenso
Con 23 años entró a trabajar en la antigua naviera Flebasa, filial de Isnasa. Escaló con bastante rapidez desde la base hasta alcanzar la dirección general en 1990, con solo 29 años. En este cargo impulsó la expansión de la firma con la apertura de nuevas rutas que multiplicaron por 10 la facturación de la empresa. Pero no todo fue un mar en calma. La quiebra de Isnasa arrastró a Flebasa. En medio de la tormenta, Utor lideró a un grupo de socios –en concreto, 16– que sentaron las bases de Baleària sobre las cenizas de Flebasa en junio de 1998. Seis años más tarde, el grupo Matutes entró en la compañía y alcanzó el 42% del capital.
En 2021, el holding turístico de Abel Matutes, que fue ministro de Asuntos Exteriores con el PP, vendió su participación y Utor se quedó como propietario del 100 % de Baleària. Candidato a alcalde de Dénia en 1999 por los socialistas, actual accionista de Prisa y comprador en 2014 del Fortuna, el que fue el yate de Juan Carlos I, ahora, desde Baleària, es el rey del Mediterráneo y el norte de África. Solo queda al margen el Cantábrico. ¿Un objetivo a futuro?
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