«Es la mayor llamada histórica de nuestra generación». «Será el mayor esfuerzo de solidaridad internacional jamás intentado». «Navegamos de nuevo para romper el bloqueo». Con estas consignas, una veintena de figuras públicas –entre las que se encuentran Jordi Évole, Ada Colau, Vicky Luengo, Carolina Yuste, Juan Diego Botto, Carlos Bardem y el gallego Luis Tosar, entre otros– han pedido apoyo esta semana para la flotilla de barcos que este domingo pondrán rumbo desde Barcelona a la Franja con el propósito de acabar con el bloqueo que el Ejército israelí ejerce desde hace años en Gaza y que ya ha causado desde el 7 de octubre de 2023 la muerte por inanición de al menos 300 personas –más de un centenar son niños– en el enclave palestino.
La iniciativa solidaria, denominada Global Sumud Flotilla, estará compuesta, tal y como ha asegurado la organización, por «docenas de barcos» a los que se subirán «activistas de 44 países». Entre ellos, según ha podido saber EL CORREO GALLEGO, se encuentran dos gallegos cuyos nombres no han transcendido por seguridad. «Esta é unha actividade que, por desgraza, sufre moitísimas presións para que non saia, incluso antes de saír. Xa pasou noutras actividades, como a marcha a través de Exipto –producida en junio de este año y en la que las autoridades del país de los faraones retuvieron a unos 3.500 activistas que trataron de llegar a la localidad gazatí de Rafah a través de su paso fronterizo–. Tamén hay presións diplomáticas para a delegación de visados para a xente que vén doutros países. Moita xente non informa de que está a participar nisto ata o momento da saída porque xa pasou noutras ocasións de que as delegacións non permiten a viaxe, non permiten os visados ou mesmo hai problemas nos aeroportos», denuncia a este medio la compostelana Ánxela Gippini Pose, portavoz de Global Movement to Gaza-Galiza, que desde nuestra comunidad colabora con los preparativos del tercer intento de superar por mar el bloqueo israelí sobre la Franja de Gaza en lo que va de año.
La activista compostelana Ánxela Gippini Pose, portavoz de Global Movement to Gaza-Galiza / Cedida
Los dos intentos anteriores, producidos en los meses de junio y julio, no cumplieron el objetivo tras ser interceptados por las fuerzas israelís en aguas internacionales.
El primero de ellos, realizado con el barco civil Madleen, que navegaba bajo la bandera del Reino Unido, terminó con el abordaje del Ejército hebreo durante la madrugada del 9 de junio y la detención de los 12 activistas que se encontraban a bordo –entre los que estaba presente la sueca Greta Thunberg y el español Sergio Toribio–, quienes fueron conducidos a suelo israelí y, posteriormente, deportados a sus países de origen. La coalición Flotilla de la Libertad, impulsora de aquella iniciativa, resumió la acción en una sola palabra: «Secuestro». Otras organizaciones como Amnistía Internacional calificaron los hechos como «violación del derecho internacional».
El segundo intento, esta vez a bordo del Handala, sufrió un final similar tras la interceptación del navío por parte de tropas hebreas –de forma «violenta», según la Flotilla de la Libertad– a unos 64 kilómetros de Gaza cerca de la medianoche del 27 de julio. Sus 21 tripulantes, entre los que se encontraban los españoles Santiago González Vallejo y Sergio Toribio, fueron detenidos, enviados a Israel y expulsados del país hebreo.
Participación gallega en la Global Sumud Flotilla
Unos precedentes que no son nada halagüeños para la iniciativa Global Sumud Flotilla, que partirá este domingo rumbo a Gaza con docenas de barcos impulsados por la solidaridad de activistas de 44 países, pero que no acaban con la ilusión de personas como la compostelana Ánxela Gippini Pose de romper el cerco impuesto por el Gobierno de Binyamín Netanyahu sobre el enclave palestino. Ella participa en los preparativos desde Galicia, «botando unha man para axudar e movilizar na nosa comunidade o que sexa preciso».
“Isto é un movemento civil imparable”
«Desde a delegación galega, como cada organización que participa, en coordinación coa coordinadora estatal e internacional, temos unha serie de tempos, unha serie de normas e un calendario para facer accións, para movilizar á sociedade, para manter encontros con responsables políticos de aquí, asegurarse que hai responsables diplomáticos e políticos que poidan garantir a seguridade dos tripulantes das distintas embarcacións que partirán a Gaza, os cales están preparándose para a viaxe nos días previos cunha formación técnica en Barcelona. Están a manter encontros. A organización non é pouca porque é a primeira vez que sae unha flotilla tan numerosa. É a maior flota civil da historia«, detalla Ánxela Gippini, que califica la iniciativa Global Sumud Flotilla de «proxecto fermoso e ambicioso». «Isto é un movemento civil imparable. Insistimos en que sexa civil e apartidista, porque queremos que se vexan apelados todo tipo de grupos políticos sen ningunha especificación. Isto é un movemento civil que non se fai coa colaboración dos estados, que de feito non están a colaborar, e que é imparable», añade.
«Esperanza» de llegar a la Franja de Gaza
El objectivo de la iniciativa Global Sumud Flotilla es claro: llegar a Gaza. Y aunque los participantes de esta misión humanitaria son conscientes de los contratiempos que pueden surgir durante el viaje, especialmente por parte de Israel, activistas como Ánxela Gippini aseguran que «tense a esperanza de que, se non todos, que gran parte das embarcacións poidan chegar».
Sobre la situación que los participantes de la Global Sumud Flotilla se prevén encontrar en la Franja en caso de llegar a pisar el enclave palestino, Gippini declara que «esperamos que a situación sexa peor pola invasión» e insiste en la necesidad de abrir un corredor humanitario. «Agora mesmo non temos expectativas de que a poboación de Gaza esté mellor. Non hai acción nin reacción desde Bruxelas a pesar dos chamados destes días e se non se abre o corredor humanitario e se non se rompe este bloqueo, a situación en Gaza vai ser todavía máis terrible», destaca Gippini. Con el fin de evitarlo, activistas de 44 nacionalidades diferentes ponen rumbo a Gaza impulsados por un fuerte sentimiento de justicia y solidaridad con el pueblo palestino.