Paul Akouokou vuelve a marear la perdiz. El marfileño, objeto de deseo del Real Zaragoza desde la fase inicial del mercado, sigue dando largas al club aragonés en una postura que mantiene durante todo el verano a pesar de que todo parecía haber cambiado en las últimas horas.
De hecho, y tras varios días sin contactos, fue el propio futbolista el que se puso en contacto con el Zaragoza a comienzos de esta semana para trasladarle que aceptaba la oferta una vez que seguía sin contar con propuestas de Primera, tal y como era su deseo. Reticente a recalar en Segunda, Akouokou, que lleva un mes y medio entrenando aparte en el Olympique de Lyon, parecía al fin convencido de que su cesión al cojunto aragonés era lo mejor.
De hecho, el optimismo en el club era tal que no se descartaba que el africano llegara a tiempo para jugar este sábado en Castellón, lo que habría permitido al fin a Gabi contar con ese pivote posicional que el entrenador lleva esperando todo el verano. El propio técnico ha sido parte activa en las negociaciones con el jugador, con el que ha contactado en varias ocasiones como refuerzo en esa labor de persuasión llevada a cabo desde la dirección deportiva desde hace mucho tiempo.
Sin embargo, y a pesar de la sensación de que el culebrón había llegado a su fin, Akouokou ha vuelto a mostrar en las últimas horas las mismas dudas que viene transmitiendo durante todo el verano. Ahora, el jugador pretende apurar un poco más las escasas opciones que tiene de encontrar acomodo en Primera, lo que obliga al Zaragoza a seguir esperando si se mantiene en su enconado empeño en hacerse con un futbolista al que se considera capital. El culebrón sigue. El próximo capítulo no se hará esperar.