En una sociedad dónde la tecnología, las aplicaciones y la virtualidad dominan muchos aspectos de nuestra vida, las relaciones humanas no quedan exentas de los cambios que ha producido internet. Los dispositivos móviles han modificado la forma en cómo conocemos gente nueva, y, por lo tanto, los momentos de intimidad. La psicóloga general sanitaria y sexóloga Lucía Álvarez López explica que «el deseo se ve afectado por la exposición constante que hay a cuerpos normativos, que funcionan así como unos referentes inalcanzables y no realistas«.
Según una investigación de los autores Jean M. Twenge, Ryne A. Sherman y Brooke E. Wells, publicada en la revista Archives of Sexual Behavior, los adultos actuales tienen menos relaciones sexuales de media que los de hace 20 años, aquellos que tenían su edad actual en la década de 1990. Pero, ¿por qué? Una gran parte de esa respuesta son las redes sociales y la hiperconexión.
La psicóloga general sanitaria y sexóloga Lucía Álvarez López / Cedida
La psicóloga general sanitaria, terapeuta familiar y sexóloga Belén Montesa comenta que la aparición de las tecnologías «han venido a transformar la forma de vincularnos y conocer gente nueva, para bien y para mal«.
Las redes sociales son facilitadoras para conocer personas nuevas, para encontrar gente con la cuál uno se siente a fin, tanto para un vínculo amoroso o para una relación erótica, provocando un cambio en la sexualidad, tanto de los más jóvenes como de las generaciones más adultas.
«Las tecnologías han venido a transformar la forma de vincularnos, para bien y para mal»
Montesa explica que hay dos aspectos principales a tener en cuenta a la hora de conocer gente por medio de internet. La primera, está relacionada con cómo las redes sociales facilitan el contacto sin pasar por el cuerpo a cuerpo. «Nos quitan la incertidumbre de si voy a ser rechazado o no, en directo. Antes, cuando no existía esa manera de relacionarnos, uno se tenía que atrever a ser rechazado en persona y costaba un esfuerzo y un trabajo«, asevera Montesa.
En ese sentido, Lucía Álvarez López señala que «la hiperconexión lo que hace es también cambiar los ritmos de cómo nos vinculamos porque las redes nos dan unos estímulos muy inmediatos, rápidos, descartables y muy visuales, y eso no siempre hace que podamos conectar con nuestro cuerpo, que normalmente necesita tiempo, pausa y espacio«. Las redes sociales como Instagram o TikTok, al tenernos expuestos a una estimulación visual poco realista «hacen que nuestro deseo se construya en base a eso y provocan una influencia que puede generar una comparación con nuestro alrededor desencadenando en una baja autoestima, un montón de inseguridad y a veces, una desconexión con nuestro propio deseo«, explica Álvarez López.

La psicóloga general sanitaria, terapeuta familiar y sexóloga Belén Montesa / Cedida
El segundo aspecto a tener en cuenta a la hora de conocer gente por redes sociales está relacionado con que las nuevas generaciones generan falsas expectativas. Internet nos ha facilitado la intimidad sin riesgo, porque nos paramos detrás de la pantalla para atrevernos a poder decir cosas que quizás nos dan vergüenza en el cara a cara o poder bajar a niveles de intimidad a través del escribir. Pero Montesa explica que hay ciertos riesgos: «También está el hándicap de que se generan a veces unas expectativas falsas«.
El empacho sexual
En la actualidad hay un gran desinterés por la cantidad de información y la consiguiente naturalidad con la que viven el sexo los jóvenes, lo que hace que el encuentro sexual no sea motivo de curiosidad ni el blanco principal de relacionarse.
«Antes la sexualidad era prohibida, ahora es como obligatoria. No hay nada más poco erótico para el deseo que sea algo obligatorio. La obligación y el deseo van en contra. Entonces, vivimos en una sociedad que está hipersexualizada en cuanto a que todo es muy cuantitativo. Se mide la erótica en cuanto a cantidad de personas con las que te acuestas, cantidad de prácticas sexuales que haces, y el éxito se mide mucho en lo cuantitativo más que en la calidad«, comenta Montesa.
«Las redes sociales pueden generar una desconexión de nuestro propio deseo»
Las redes sociales también nos llevaron a cambiar nuestras exigencias en cuánto a lo sexual. Los jóvenes se muestran abrumados frente a estas exigencias con respecto a cantidad de personas y a lo que se tiene que hacer. «No se habla mucho de los miedos, de las ansiedades, de las dificultades, de la vergüenza, de incluso el no deseo. Creo que eso a muchos jóvenes en este momento los está dejando empachados de tanto contenido sexual y de tanto contenido erótico que aparece y que luego en la vida real, donde están los vínculos reales, los cuerpos, la interacción con el otro, nuestros miedos, nuestras dificultades, nuestras vergüenzas, nuestros ascos particulares, es más complicado en ese sentido ponerlo en marcha«, asevera Montesa.
Respecto a este tema, Álvarez López comenta que muchas de las cuestiones que plantean los jóvenes en cuánto a la sexualidad vienen de cuestiones externas, como por ejemplo, las redes sociales, ya que las relacionan con «las personas y las prácticas que tenemos que realizar«.