El montaje de un parabrisas es un proceso complejo en el que intervienen multitud de factores. Un fallo en cualquiera de los procedimientos puede generar graves consecuencias que afectan a la seguridad de tu vehículo y a la durabilidad de la reparación. Por ello, a continuación te contamos cuáles son los factores que más influyen a la hora de instalar un parabrisas.
1. Equipo humano
Las lunas y parabrisas instaladas deben ser montadas por técnicos cualificados, con la experiencia y formación necesarias para desarrollar un trabajo de la máxima calidad. Cuanto mejor sea el lugar que eliges, mejor será también el servicio y la instalación del cristal.
Un mal sellado también puede producir filtraciones de agua al habitáculo / Carglass
2. La importancia del “pegamento”
El pegado de un parabrisas sobre la carrocería es un proceso de vital importancia. Un parabrisas mal pegado podría desprenderse en caso de accidente y no servir de protección a los ocupantes del vehículo. Además, el airbag del acompañante se despliega apoyándose en el parabrisas, sobre el que ejerce una gran presión.
Por otro lado, un mal sellado también puede producir filtraciones de agua al habitáculo y molestos ruidos aerodinámicos, y un material de mala calidad puede degradarse con el paso del tiempo y perder sus propiedades. Además, un montaje incorrecto puede provocar roturas del parabrisas por tensiones.
3. Herramientas exclusivas
Un parabrisas es un objeto pesado, voluminoso y frágil en determinadas situaciones, el simple hecho de moverlo, manejarlo y colocarlo requiere de una elaborada técnica. Lo más recomendable es que los técnicos empleen un brazo que garantice la precisión en el montaje de una luna y evite lesiones musculares por manipular un peso inadecuado.
4. El proceso de recalibración
Cuando se sustituye el parabrisas de un coche que equipa sistemas ADAS, hay que desmontar las cámaras del cristal roto y montarlas en el nuevo. Una vez instaladas, han de ser recalibradas para asegurar que apuntan al lugar exacto y ofrecen una información correcta para que los sistemas de seguridad puedan realizar un reconocimiento fiable del entorno del vehículo, por ejemplo, detectar otros coches, a peatones, la señales, las vías… Una recalibración defectuosa puede provocar fallos graves en los sistemas de seguridad.
5. Las mejores instalaciones
El último factor a tener en cuenta son las instalaciones en las que se efectúa la reparación o sustitución del cristal. La iluminación del espacio en el que se efectúa, por ejemplo, una recalibración, ha de seguir unos estándares concretos. Los reflejos o la iluminación desigual del panel sobre el que se recalibran las cámaras puede impedir que la cámara reconozca el patrón y que se produzca una recalibración defectuosa.
Por otro lado, un suelo que está perfectamente nivelado afecta a la posición y orientación del coche y, por lo tanto, a la dirección a la que apuntan sus cámaras, lo que puede generar una recalibración mal realizada. Todos los talleres de Carglass España -experto en cristalería del automóvil- son propios y cumplen con estos dos elementos clave.