En un minucioso ejercicio de reconstrucción, David, un vecino de Sitges (Garraf, Barcelona), ha conseguido recopilar indicios suficientes sobre la pesadilla que lleva sufriendo desde marzo de 2023 cuando recibió una carta de la empresa Binance, una plataforma de intercambio de criptomonedas, con una tarjeta de crédito. Como no era cliente de esta sociedad, sospechó de la suplantación y presentó una denuncia ante los Mossos d’Esquadra asegurando que alguien había usurpado su identidad, ya que para darte de alta en este servicio es necesario presentar una fotografía del DNI.
Además, remarcaba que Binance le facilitó un correo y un número de teléfono que no correspondían con el suyo. Sobre el origen de la usurpación de sus datos, el denunciante explica que no ha perdido nunca el DNI, aunque meses antes de recibir la primera carta de la plataforma de criptomonedas se dejó olvidada durante unas horas una mochila con su documentación en una barbería de Sitges a la que acudía semanalmente.
A partir de esta denuncia ante los Mossos, el Juzgado de Instrucción número 6 de Vilanova i la Geltrú abrió una investigación por usurpación de identidad, falsedad documental y estafa. La situación empeoró meses después cuando, al mirar el borrador de su declaración de Hacienda, David vio que aparecían ganancias de juego de la web de apuestas Bet365 y constaban rentas por compraventa de monedas virtuales.
«Mis datos personales estaban siendo utilizados sin consentimiento para operar»
También lo denunció ante los Mossos además de darse de alta en el Registro General de Interdicciones de Acceso al juego para que nadie juegue online con su nombre. Ante la policía, David aportó información facilitada por las páginas webs Bet365 y Binance que le llevaron a constatar un hecho claro: «mis datos personales estaban siendo utilizados sin consentimiento para operar» en estas plataformas tras suplantar su identidad. También pudo averiguar que la información de la inscripción falsa de su nombre correspondía a un teléfono de una empresa inmobiliaria con sede en Valencia y con un único administrador.
La insistencia personal
Sin embargo, el juzgado decidió archivar el procedimiento al constatar falta de pruebas para encontrar al responsable de la usurpación de identidad. «Nunca recibí notificación alguna por parte del juzgado, ni sobre la existencia del procedimiento, ni sobre su archivo. Nadie me llamó para aportar datos, ni se me dio la oportunidad de intervenir como víctima. Todo lo supe investigando solo, y acudí personalmente al juzgado tras meses de silencio institucional absoluto», explica David en un escrito de amparo ante el Tribunal Constitucional en el que reclama que se adopten medidas para que no se expongan más sus datos personales.
«Esta experiencia pone de manifiesto una grave falla sistémica de atención y protección a las víctimas»
Ante el juzgado David protestó por el cierre de la investigación: «Solo entonces, y únicamente tras ese momento de quiebre emocional, se ordenó el desarchivo del procedimiento, sin que se diera ninguna explicación sobre el cambio de criterio». Por eso, el denunciante afirma que «esta experiencia pone de manifiesto una grave falla sistémica de atención y protección a las víctimas, así como una inadmisible dejación de funciones judiciales, ya que solo mediante presencia física, presión emocional y persistencia personal se consiguió reabrir un procedimiento que nunca debió haberse archivado sin más».
En noviembre de 2024 David presentó más denuncias ante los Mossos d’Esquadra tras constatar, gracias a un sistema antiestafas que tenía activado, que alguien había intentado registrarse con sus datos en Betfair. Más tarde compareció como acusación particular en el procedimiento abierto en el juzgado y se le asignó una abogada, Angelina del Pino Garcia, tras pedirlo al Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona.
«Tengo que monitorizar constantemente que no se sigan usando mis datos fraudulentamente»
En las últimas semanas, el juzgado ha ordenado varias diligencias para conocer el paradero y los datos de la empresa vinculada al número de teléfono con el que se hizo el registro en la web de juego on line, para que determine cómo consiguió los datos de David.
«Falta de respuesta del sistema»
El denunciante se ha gastado aproximadamente 4.000 euros en la tramitación de este procedimiento, tal y como demuestran las facturas presentadas en el juzgado. Además, señala que fue despedido de su trabajo tras permanecer tres meses de baja por las consecuencias en su salud de ser víctima de esta usurpación de identidad. «Mi vida cotidiana ha sido gravemente afectada, ya que tengo que monitorizar constantemente que no se sigan usando mis datos fraudulentamente», señala David.
Junto a la suplantación de identidad, David lamenta la «falta de respuesta del sistema judicial» en su caso, ya que pese a acudir «seis veces a la policía y aportar numerosas pruebas, el proceso sigue paralizado tras más de dos años». Por eso ha presentado quejas ante el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y la Oficina del Decanato de Juzgado de Vilanova i la Geltrú, junto con el escrito de amparo en el Constitucional, «por la falta de acción del juzgado».
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