El Kostensuchus atrox, hallado en Argentina, fue un depredador «hipercarnívoro» que vivió justo antes de la extinción de los dinosaurios y, con sus 250 kilogramos de peso, probablemente se alimentaba de ellos, según una nueva investigación.
Los detalles de esta especie, pariente del cocodrilo, se publican en la revista Plos One, en un artículo liderado por investigadores del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia.
La investigación fue posible gracias a un fósil extraordinariamente bien conservado hallado a unos 30 kilómetros al suroeste de la ciudad de El Calafate (provincia de Santa Cruz, Argentina). Fue encontrado en la Formación Chorrillo y está prácticamente intacto, incluyendo un cráneo y mandíbula con detalles visibles, así como múltiples huesos del cuerpo.
Este lugar se formó hace unos 70 millones de años, durante el Maastrichtiense, al final del período Cretácico. En esa época, el sur de la Patagonia era un paisaje cálido y estacionalmente húmedo de llanuras aluviales de agua dulce, donde vivían criaturas como dinosaurios, tortugas, ranas y diversos mamíferos.
Este depredador ápice, similar a un cocodrilo, podría haber alcanzado unos 3,5 metros de longitud y pesado alrededor de 250 kilogramos, con una mandíbula ancha y poderosa y grandes dientes capaces de devorar presas de gran tamaño, entre las que probablemente se incluían dinosaurios de tamaño medio.
Los investigadores bautizaron a la especie como Kostensuchus atrox, en referencia al viento patagónico conocido en la lengua nativa tehuelche como Kosten y al dios egipcio con cabeza de cocodrilo conocido como Souchos, mientras que atrox significa «feroz» o «duro», explica un comunicado de la revista.
El K. atrox, con escápula ancha y húmero robusto, no es un dinosaurio, sino un crocodriliforme peirosáurido, un grupo extinto de reptiles emparentados con los cocodrilos y caimanes modernos.
Esta especie es el segundo depredador más grande del que se tiene conocimiento de la Formación Chorrillo, y los paleontólogos creen que probablemente fue uno de los principales depredadores de la región. Es también el primer fósil de crocodiliforme hallado en Chorrillo.
En el estudio participaron también científicos de centros de Brasil, Portugal y Japón.