El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ha asegurado este miércoles que la opción de que el Gobierno entre en el capital de Nvidia «no está sobre la mesa», tras la adquisición de un 10% de Intel.
«No creo que Nvidia necesite apoyo financiero, así que eso no parece estar sobre la mesa ahora mismo», ha señalado durante una entrevista con ‘Fox Business’.
Sin embargo, Bessent no ha descartado que el Ejecutivo del país busque otras opciones, una posibilidad que ya han venido adelantando desde la Casa Blanca a lo largo de la semana.
«¿Podría haber otras industrias que estemos reestructurando, como la construcción naval? Claro, podría haber cosas así», ha añadido.
Ayer, el secretario de Comercio del país, Howard Lutnick, confirmó que uno de los sectores en los que más se fijan desde el Gobierno es el de defensa.
Una de las opciones que baraja la Administración Trump es Lockheed Martin, que ya recibe numerosos contratos públicos, y a la que Lutnick ha definido como «básicamente un brazo del gobierno estadounidense».
«¿Pero cuál es el aspecto económico de eso? Voy a dejar eso en manos de mi secretario de Defensa y del subsecretario de Defensa. Estos tipos están trabajando en ello y lo están considerando», agregó.
Por su parte, un portavoz de Lockheed Martin se ha pronunciado al respecto, aunque no ha confirmado ni desmentido el interés del Gobierno.
«Como hicimos en su primer mandato, mantenemos nuestra sólida relación de trabajo con el presidente Trump y su administración para fortalecer nuestra defensa nacional», ha precisado.
Tras hacer oficial la operación con Intel, para la que convertirá en capital parte de las subvenciones concedidas bajo la Ley de Chips, el Gobierno comenzó a pensar en otros movimientos similares.
«El presidente lo ha dejado en claro desde la campaña y cree que al final, sería genial si Estados Unidos pudiera comenzar a construir un fondo soberano. Así que estoy seguro de que en algún momento habrá más transacciones, si no en esta industria, en otras industrias», aseguró esta semana el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett.