El canciller alemán, Friedrich Merz; el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro polaco, Donald Tusk, han viajado hasta Chisinau en el Día de la Independencia de Moldavia para mostrar su respaldo al país ante las injerencias rusas, en pleno proceso de adhesión a la Unión Europea, y a apenas unas semanas de unas elecciones clave para su futuro.
El presidente ruso, Vladímir Putin, «no tiene nada que celebrar» y el futuro de Moldavia está en la UE. Ese ha sido el mensaje de Merz, Macron, y Tusk desde Chisinau. «La puerta de la Unión Europea está abierta» para el país, ha insistido el canciller alemán, defendiendo «la soberanía» y la «libertad» del país. Lo ha hecho en una rueda de prensa junto al resto de líderes europeos y la presidenta moldava, Maia Sandu.
El 27 de agosto, Moldavia celebra el día de su independencia de la Unión Soviética. En un mes, el próximo 28 de septiembre, se enfrenta a unas elecciones generales que podrían determinar su futuro, dentro de la UE, o bajo la esfera de influencia de Moscú. La presencia de los líderes de Alemania, Francia y Polonia en este contexto envía un potente mensaje sobre el nivel de nerviosismo en Europa respecto de la situación política en el país.
Sandu ha reconocido sentirse parte de esa «familia» europea. «En las familias, se comparten las alegrías y también los pesares», ha dicho la presidenta. La líder moldava ha agradecido el respaldo y la solidaridad de Alemania, Francia y Polonia. «Nuestros amigos están aquí con nosotros para decir claramente: Moldavia importa. Y la adhesión a la Unión Europea no es un sueño lejano. Es un proyecto que estamos construyendo», ha dicho Sandu.
Injerencia rusa
Desde la invasión rusa de Ucrania, Moldavia ha estado también en el punto de mira del Kremlin. En la esfera de influencia de Moscú, Sandu denuncia desde hace años intentos de injerencia en la política nacional. La presidenta revalidó mandato por la mínima tras unas ajustadas elecciones en 2024 contra Alexandr Stoianoglo, un candidato independiente apoyado por el Partido Socialista, prorruso.
Lo mismo ocurrió meses después en un referéndum en el que una mayoría ajustada de ciudadanos votó a favor de incluir en la Constitución el compromiso de adhesión a la UE. «Los ciudadanos de Moldavia han entendido que la adhesión a la UE representa una oportunidad histórica para el futuro de su país, una oportunidad para la prosperidad y para la seguridad», ha dicho Macron en referencia al voto.
Dirigiéndose directamente a Putin, el presidente francés ha acusado a la propaganda del Kremlin de asegurar que la UE «quiere prolongar la guerra» –en referencia a Ucrania– y «oprimir a los pueblos». Macron ha destacado que «la UE no amenaza a nadie y respeta la soberanía de todos. Es una unión de prosperidad y de paz», y ese es el camino que Moldavia ha elegido.
La propia Sandu se ha referido a la invasión rusa de Ucrania reconociendo que la independencia «nunca está garantizada» e insistiendo en que «no hay alternativa a Europa» si Moldavia no quiere quedarse anclada en el pasado. «La brutal guerra que Rusia está librando contra Ucrania nos lo demuestra cada día: Europa significa libertad y paz. La Rusia de Putin significa guerra y muerte», ha dicho la presidenta.
Camino a la UE
La visita tiene lugar además entre avances en el proceso de adhesión a la UE. Moldavia recibió el estatus de país candidato, junto con Ucrania, en junio de 2022. Apenas cinco meses después del inicio de la guerra. Desde entonces, y al menos hasta ahora, sus destinos están ligados.
La oposición de Hungría a la entrada de Ucrania en la UE ha hecho que el proceso se vaya retrasando. Mientras que algunas voces llaman a desvincular ambos procesos para limitar la capacidad de influencia del Kremlin en el país, Kiev teme la señal que una decisión de ese calibre podría enviar a su población, y al resto del mundo, en plenas negociaciones de paz con Rusia. Incluso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó a llamar al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, para pedirle explicaciones por el bloqueo.
La Comisión Europea ha evitado pronunciarse al respecto, alegando que el proceso de adhesión está basado exclusivamente en los méritos y avances que los países candidatos van haciendo. Cualquier paso adelante requiere en cualquier caso la unanimidad de los gobiernos de la Unión, y no parece, al menos de momento, que los Veintisiete estén dispuestos a dejar a Ucrania atrás.
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