El Gobierno del Principado analiza qué efecto surtiría en la empresa privada la jornada laboral de 32 horas semanales, es decir, cuatro días, y estudia su viabilidad para los más de 50.000 empleados de la Administración asturiana. Un proyecto fascinante y espeluznante, con vistas a equilibrar vida-trabajo, en la consideración, supongo, de que el trabajo no es vida, que cansa aún a los asnos, que si es apretado turba el entendimiento, que si trabajamos es para liberarnos del trabajo.
Fuente