Lo de Cyle Larin en el RCD Mallorca es una muerte anunciada. El delantero canadiense quiere salir sí o sí de la disciplina bermellona este mismo verano y así se encarga de demostrarlo cada vez que tiene la oportunidad. Su ruptura con la afición es total y ahora también con sus compañeros de equipo.
O al menos esto es lo que cuenta este martes ‘El Diario de Mallorca’, que desvela que el resto de jugadores de la primera plantilla se han cansado de su actitud. Es cierto que el ariete acude a entrenar cada día como los demás, pero su falta de implicación es más que notable y ni siquiera se esfuerza en disimularlo.
Larin en el partido del curso pasado contra el Girona
Lo peor es que tan solo faltan cinco días para que se dé por concluido el mercado de fichajes y no parece nada probable que su salida se concrete. Es cierto que varios clubes han mostrado interés en hacerse con sus servicios. Sin embargo, ninguno está por la labor de llegar a las pretensiones económicas del Mallorca.
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Los baleares piden una cantidad fija de un ‘kilo’ más objetivos. Una cantidad más que accesible para cualquier equipo de Primera División. El problema es el salario del atacante, que es de cuatro millones de euros al año. Por eso, el Mallorca se verá obligado a rebajar sus condiciones si no quiere tener en la plantilla un jugador que no quiere estar y que hará todo lo posible por dejarlo ver.
