Verónica Echegui (Madrid, 1983) sólo ganó un premio Goya. Lo hizo en 2022, a la quinta nominación. Aquel Tótem loba que dirigía le dio el cabezón a Mejor cortomegraje de ficción. Era la primera que recibía tal reconocimiento y, como tal, durante el discurso, sacó su vena reivindicativa a relucir: «Me encantaría que Pedro Sánchez lo viera con sus hijas. De verdad, tomátelo en serio». En su obra recreaba la supuesta tradición de un pueblo donde los hombres se disfrazaban de lobos y salían a cazar mujeres. Una visión del mundo que defendió desde su debut en 2003 y que hoy, tras conocerse su muerte a los 42 años, ha perdido a una pata clave.
La actriz ha fallecido este domingo tras ser ingresada en los Hospital 12 de octubre como consecuencia de una enfermedad. Desde que Bigas Lunas la encumbró con la popularísima Yo soy la Juani, protagonizó una de las carreras más prolíficas del cine patrio. Al casting se presentaron 3.000 aspirantes, pero el director se decantó por ella. Aquella mirada chulesca le dio el papel que cambiaría su vida para siempre: llegaron los premios, las portadas, las llamadas. Era la artista del momento, la más solicitada.