Eduardo Casanova ha repasado en el programa ‘Pasa sin llamar’ su salto a la televisión con solo 14 años, cuando abandonó la escuela para incorporarse al reparto de ‘Aída’. El actor recuerda jornadas maratonianas en aquel momento: «Llegué a hacer 16 horas de rodaje. En aquella época no había ley del menor». Pese a las dificultades, asegura que la experiencia le marcó: «Aprendí mucho más en un plató que en el colegio».
El cineasta se presentó ante la audiencia con ironía: «Para las personas que no me ubiquen, soy el maricón de ‘Aída’, que ahora dirige». Su papel de Fidel, un niño homosexual, fue pionero en visibilizar una realidad poco representada en televisión. «Lo que pasa es que yo no era consciente. Para mí era un regalo», explicó Casanova, que hoy valora con más perspectiva lo que significó su personaje.
Con los años, reconoce el orgullo de haber dado vida a Fidel: «Cuando he crecido me he sentido muy orgulloso de haberlo interpretado. Creo que Fidel es todo un icono». Explica que él mismo añadió más pluma al personaje de la que estaba escrita en el guion. «El director me decía que la bajara, pero yo llegué a un sitio en el que se me permitió hacer el maricón más maricón. Para mí era una liberación».
Además, Casanova quiso reflexionar sobre la situación actual del colectivo: «Yo creo que en el colectivo hay muchos rangos, y el hombre blanco es el más privilegiado, pero dentro de los maricones hay que proteger a dos: a los niños y a las personas mayores«.