La confianza empresarial de Alemania sube inesperadamente en agosto, según el Ifo. El índice de clima empresarial aumentó por octavo mes consecutivo hasta los 89 puntos desde los 88,6 puntos de julio, situándose en el nivel más alto desde mayo del año pasado. El consenso preveía que el dato se mantuviera sin cambios.
No obstante, «la recuperación de la economía alemana sigue siendo débil», ha señalado el presidente del Ifo, Clemens Fuest, que ha destacado que el aumento se debió a la mejora de las expectativas de las empresas, que aumentaron hasta su nivel más alto desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, mientras que la situación actual se consideró ligeramente peor, bajando a 86,4 desde 86,5 en julio.
En detalle, en el sector manufacturero el índice cayó ligeramente. Las empresas se mostraron algo menos satisfechas con la actividad actual. Las expectativas se revisaron ligeramente a la baja y aún no hay indicios de crecimiento en la entrada de pedidos. La confianza entre los fabricantes de bienes de equipo mejoró notablemente.
En el sector servicios el clima empresarial se deterioró ligeramente. Si bien la situación actual se consideró significativamente mejor, las expectativas se volvieron más cautelosas. Sin embargo, la confianza mejoró entre las empresas de arquitectura e ingeniería.
Por su parte, en el comercio el índice se debilitó, impulsado por un peor desempeño empresarial. Sin embargo, las expectativas fueron ligeramente menos pesimistas. Mientras, en la construcción el índice bajó ligeramente tras muchos meses de estabilidad. Las empresas expresaron menos satisfacción con la situación actual. Sin embargo, sus perspectivas para los próximos meses mejoraron.
TODAS LAS ESPERANZAS ESTÁN PUESTAS EN EL ESTÍMULO FISCAL
Tras los decepcionantes números del PIB, el índice Ifo muestra que «las empresas alemanas todavía tienen un talante a lo Bing Crosby y las Hermanas Andrews, acentuando los aspectos positivos», dicen los analistas de ING, que creen que «aún no está claro de dónde proviene este optimismo. ¿Se debe al estímulo fiscal, a una postura menos favorable respecto a los aranceles estadounidenses o a indicios de que el cambio de ciclo de inventarios que vimos a principios de año volverá a cobrar impulso? Es posible, pero definitivamente no es un hecho consumado».
En su opinión, «todas las esperanzas de una recuperación sostenible en Alemania se basan en el estímulo fiscal». Sin embargo, en este sentido, «el actual debate político en Alemania sobre posibles medidas de austeridad podría socavar el impacto, al menos psicológico, del estímulo fiscal anunciado para infraestructuras y defensa».
«Si bien compartimos la necesidad de unas finanzas públicas sostenibles y reformas estructurales para la economía y el presupuesto, es un debate que se beneficiaría de decisiones rápidas. Cuanto más se prolongue el debate sobre posibles medidas de austeridad, mayor será el riesgo de que los hogares y las empresas frenen sus decisiones de gasto e inversión, un factor de riesgo que los mercados financieros parecen haber pasado por alto hasta ahora», comentan.
En resumen, consideran que el índice Ifo «muestra un notable optimismo de las empresas alemanas respecto al efecto positivo del estímulo fiscal en la economía. Si bien coincidimos en que, con el tiempo, los planes de gasto del gobierno en infraestructura y defensa impulsarán la actividad económica, aún existe un riesgo creciente de no alcanzar los objetivos».
En cualquier caso, temen «que la economía no entre en un período de crecimiento sustancialmente mayor hasta la época más especial del año, cuando suenen aún más canciones populares de Bing Crosby».