los presupuestos y las andaluzas medirán si puede llegar a 2027

El presidente Pedro Sánchez se juega el destino de la legislatura en los próximos diez meses. Un período que abarca desde la presentación de los Presupuestos Generales del Estado de 2026 a las elecciones andaluzas, previstas inicialmente para el próximo mes de junio.

Ambos hitos tienen un denominador común: la vicepresidenta María Jesús Montero es la encargada de elaborar los Presupuestos y, si sus socios los tumban en las Cortes, deberá cargar con este fracaso como candidata del PSOE a la presidencia de Andalucía.

Pero además, si Sánchez no logra sacar adelante los Presupuestos de 2026, se podría ver abocado a adelantar las elecciones generales a principios de 2026, pues apenas tendría margen de maniobra para cumplir compromisos como el aumento del gasto militar o la gestión de los fondos europeos.

En ese caso, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ya ha anunciado que adelantaría las elecciones andaluzas para hacerlas coincidir con las generales.

Otros presidentes autonómicos del PP (como María Guardiola en Extremadura o Marga Prohens en Baleares) barajan la misma opción

Hay otro factor de enorme desgaste para el Gobierno y para las siglas del PSOE.

Tras el verano, acechan a la vuelta de la esquina los frentes judiciales abiertos a la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez (está citada a declarar el 11 de septiembre ante el juez Peinado, esta vez por un presunto delito de malversación), y a su hermano, David Sánchez (que está a la espera de sentarse en el banquillo junto al líder del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo).

También las acusaciones de corrupción contra el exsecretario de Organización del PSOE Santos Cerdán (que se encuentra en prisión desde el pasado mes de julio) y la causa abierta contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por un presunto delito de revelación de secretos.

La vicepresidenta de Hacienda, María Jesús Montero, empeñó su palabra el lunes, al garantizar que el Gobierno presentará el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2026, un trámite que no cumplió con los de 2024 ni los de 2025 (siguen prorrogados los de 2023).

El Gobierno se expone así a un severo revés de sus socios, ya que no tiene garantizado el apoyo de Junts, ERC y Podemos.

Carles Puigdemont ya ha anunciado que Junts revisará en septiembre su relación con el PSOE y ocurrirán cosas «nunca vistas hasta ahora».

Puigdemont sigue sin poder pisar España porque el Supremo ha recurrido la amnistía ante el TJUE, la Comisión Europea ya ha rechazado siete veces que el catalán sea lengua oficial de la UE y el traspaso «integral» de las competencias de inmigración y extranjería a la Generalitat ni siquiera ha iniciado su tramitación parlamentaria.

Podemos ha puesto condiciones inasumibles para apoyar los Presupuestos: la salida de España de la OTAN, la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel y la anulación del incremento del gasto militar.

Por su parte, ERC ya ha anunciado que sólo apoyará los Presupuestos de la Generalitat y del Estado si se cumple satisfactoriamente el compromiso sobre el cupo catalán.

Pero, en contra de lo firmado, la Generalitat no podrá comenzar a recaudar la totalidad del IRPF antes de 2028. Es decir, en ningún caso será durante la actual legislatura.

Y el portavoz de Compromís Joan Baldoví lanza un mensaje inequívoco, este domingo, en una entrevista a EL ESPAÑOL: «Sánchez podrá presentar Presupuestos, pero todos sabemos que no los habrá. No le van a dar los números»

Ni siquiera la lucha contra la emergencia climática, que Sánchez quiere convertir en el hilo conductor del nuevo curso político, parece suficiente para aunar la voluntad de todos sus socios.

Sin Presupuestos, y con una constelación de causas abiertas por corrupción, de las que ya se hacen eco los principales medios internacionales, se tambalearía la legislatura, que podría dar paso a un superdomingo electoral en los primeros meses de 2026. 

Si no hay adelanto, las elecciones andaluzas se celebrarán en junio. Las anteriores fueron el 19 de junio de 2022 y significaron la primera mayoría absoluta del PP en la comunidad autónoma.

Antes, en febrero, comenzará el ciclo electoral para Pedro Sánchez en Castilla y León, lo que podría explicar el encarnizamiento del debate político de estos días al hilo de los incendios.

Pero en esa cuenta atrás, el presidente del Gobierno se juega mucho más en Andalucía. Serán unos comicios que pueden significar un antes y un después en la legislatura, que el presidente se empeña en decir que llegará hasta 2027.

Hay dos motivos que hacen de las andaluzas unas elecciones clave. El primero, la cantidad de españoles que votan, más de seis millones. Eso medirá el deterioro del PSOE que registran todas las encuestas, excepto las del CIS del militante socialista José Félix Tezanos.

Un revés en Andalucía, que en otro tiempo fue el principal granero de votos del PSOE, sería una losa difícil de soportar para los socialistas.

La otra razón es que la cabeza de cartel del PSOE en esas elecciones será la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Es decir, la mano derecha de Sánchez.

Será la primera ministra candidata en bajar a la arena y puede ser la piedra de toque en la que se miren Pilar Alegría en Aragón, Ángel Víctor Torres en Canarias, Diana Morant en la Comunidad Valenciana y Óscar López en Madrid.

El presidente andaluz, Juanma Moreno, lleva semanas respondiendo lo mismo cuando se le pregunta por un posible adelanto electoral: sólo convocaría los comicios antes de junio si el presidente del Gobierno adelanta las generales y se celebraran muy cercanas a ese mes.

A su juicio, «no sería razonable gastar más dinero público y hacer a los andaluces ir dos veces a las urnas en un espacio corto de tiempo».

La situación andaluza

El panorama que hoy se dibuja en Andalucía para Sánchez y para Montero no es alentador. Según las encuestas del Centra el CIS andaluz, Juanma Moreno apenas sufre desgaste después de siete años al frente de la Junta de Andalucía.

En cambio, vaticina para el PSOE los peores resultados de su historia. Los socialistas obtendrían entre 24 y 26 escaños, lejos de los 30 que consiguieron con Juan Espadas en 2022. El parlamento regional lo componen 109 diputados.

De confirmarse un resultado así, la vicepresidenta primera quedaría en una situación muy delicada.

Precisamente algunos de los asuntos clave en la campaña serán la infrafinanciación andaluza y el cupo catalán.

Hace tiempo que Juanma Moreno insiste en que Andalucía recibe 1.528 millones de euros menos cada año por el sistema de financiación autonómica instaurado en 2009.

La propia Montero criticaba ese modelo cuando era consejera andaluza de Hacienda, porque dejaba a la cola a Murcia, la Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla-La Mancha.

No parece casual que la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda haya evitado aparecer en las fotos de la negociación y el acuerdo para la financiación singular para Cataluña.

En el PSOE andaluz no son pocos los que creen que la cartera ministerial le pesará mucho a Montero en la campaña, y le piden abiertamente que deje sus funciones en Madrid.

Ella manifestó recientemente que dejará el cargo cuando se vaya acercando la fecha electoral.

La esperanza del PSOE ante los comicios de la próxima primavera es que no se produzca el archivo judicial de las contrataciones de emergencia en la sanidad pública andaluza, que está investigando unos juzgados de Cádiz y Sevilla y en los que se encuentran imputados los tres últimos gerentes del SAS.

Hace un año, Juanma Moreno nombró a Rocío Hernández, una médica experta en gestión, para evitar sobresaltos en esta área.

La aspiración del PSOE andaluz, según aseguran fuentes del partido este periódico, es acabar con la mayoría absoluta de Juanma Moreno, que tenga que pactar con Vox y reprocharle que «se eche a los brazos de la ultraderecha«.

A pesar de que los de Santiago Abascal han subido en las encuestas, en el PP no creen que se dé este escenario.

Por su parte, la izquierda a la izquierda del PSOE sigue sin entenderse para ir unida a las urnas. Por el momento, Podemos se resiste a reeditar una confluencia electoral de la mano de Izquierda Unida y Sumar.

Adelante Andalucía, el partido de Teresa Rodríguez, ya anunció que acudirá a las urnas por libre.

Lo que está claro es que el curso político que arrancará en unos días estará marcado por una larga precampaña electoral en Andalucía.

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