El 23 de agosto de 2025 quedará para la historia del Descenso Folklórico del Nalón. La fiesta, declarada de Interés Turístico Nacional, cumplía este año 56 ediciones y el éxito fue arrollador. Las 41 peñas participantes, más que nunca, sumaron una cifra de «navegantes» hasta ahora impensable. Más de 7.400 personas se disfrazaron y disfrutaron de una jornada marcada por un sol veraniego que poco tenía que ver con la lluvia casi torrencial del año pasado.
Las peñas animaron la jornada desde primera hora de la mañana con sus embarcaciones en el «parque cerrado». Miles de personas se acercaron a contemplar los ingeniosos artefactos con la pregunta recurrente: «¿Y esto lo van a meter al río?». Al final, los que se llevaron el primer premio, la «Sopera», fueron los integrantes del Otero Team, con «Rodando peliculones entre agua y regodones», un tributo al cine clásico con Chaplin, Cantinflas y Marilyn Monroe. El segundo puesto fue para la peña El Bajo y el tercero, para Llorío.
Crónica
Las peñas del Descenso han trascendido no solo las fronteras del concejo, del valle del Nalón y de toda Asturias. En sus filas, con cientos de personas en cada una de las agrupaciones, se enrolan «navegantes» llegados de toda España, como dos veinteañeros de Santander que este sábado se unieron a la peña «Los Mayaos», la primera que se echó al agua con la embarcación «Los mayas llegan al Nalón sin la ayuda de Colón». Nada más meter el pie en el agua del río los chavales no entendían nada. «¿Pero qué es esta fiesta, de verdad se baja por aquí, con estas piedras?» , se preguntaban incrédulos. Minutos después recibieron la respuesta en forma de chapuzón en el río.
«Los Mayaos» fueron los primeros en mojarse. Eran novatos, su primera vez en el Descenso, pero no lo parecían, tomaron el camino correcto para iniciar la navegación. Ahí estaba Denis Díaz, el «influencer» ganadero y futbolista de Langreo tirando del carro en primer línea de cordada para que la embarcación no quedase empantanada entre los regodones del Nalón.
El río bajaba este año con notable caudal. Ya lo avisaban los capitanes del «Frente las Tolvas». «Tranquilos y cuidado que hay mucha agua», gritaban a sus compañeros antes de llevar la embarcación al cauce.
La embarcación de El Otero Team. / LNE
Las peñas, que desfilaron desde Pola de Laviana hasta Puente d’Arcu, fueron llegando ordenadamente al punto de salida. Allí, miles de personas esperaban para ver cómo entraban al agua las embarcaciones. Las orillas del río estaban repletas de público. Pero no solo eso, el intenso calor hizo que decenas de asistentes decidiesen seguir el Descenso directamente desde el agua.
Los regodones del Nalón
«Los del 14», con su enorme barco pirata, no tuvieron buen ojo a la hora de iniciar la singladura. Se arrimaron demasiado a la orilla derecha y les costó que su embarcación navegase. Cuando lo lograron, eso sí, se llevaron el reconocimiento del público con un multitudinario aplauso. Componentes de la peña que iba detrás de ellos, la de «Puente d’Arcu», no dudaron en echarse al agua para ayudar a sus compañeros a encauzar la navegación. «Al principio cogimos mal la corriente y nos costó un poco», reconocía uno de los «navegantes», Higinio Menéndez, ya en el «prau» de La Chalana. Al pasar el puente que hace de meta del Descenso, el barco pirata también tuvo algunos problemas, «pero como todos los años».
Obras en La Chalana
La llegada era una de las claves del Descenso de este año. Confederación Hidrográfica está realizando obras de renaturalización del Nalón precisamente en ese punto. Se han construido escolleras y durante semanas se modificó el cauce del río para poder ejecutar los trabajos. Esa actuación preocupaba mucho a los lavianeses, que temían que las obras perjudicasen al Descenso. No fue así, sino todo lo contrario.
El Ayuntamiento de Laviana solicitó a Confederación una serie de actuaciones en la zona para facilitar la llegada de las embarcaciones a La Chalana. Se pidió, entre otras cosas, que se ampliase el canal del cauce del río y que se construyese una rampa de acceso al «prau». Fue un acierto que recibió el aplauso de los capitanes y capitanas de las peñas. Cierto que algunos no empujaron la embarcación por la rampa sino que optaron por llevarla al hombro, para algarabía colectiva.
La demostración de fuerza corrió a cargo de los componentes de la peña «La Guitarra». Inés Suárez, una de las capitanas, resumía el Descenso con un contundente «increíble». «Disfrutamos muchísimo del desfile y el río estaba espectacular», celebró. Su embarcación, «La vuelta al mundo de la guitarra», que emulaba a Willy Fog y su pandilla, llegó prácticamente intacta a la meta. «En La Chalana el río estaba bastante mejor que otros años, estaba muy suave», aseguraba Suárez, capitana de una peña que este año sumó nada menos que 265 personas.
Hugo Dosal, de «Los Mayaos», se estrenaba en el Descenso con sus 220 compañeros y reconocía que «con las obras estábamos un poco preocupados pero lo han dejado bastante bien y disfrutamos muchísimo».
Iris Rodríguez, una de las capitanas de «Los Agarraos», se mostraba también muy contenta a su llegada a La Chalana. Era el tercer año que su peña participaba en el Descenso y «quedamos muy orgullosos del trabajo que hicimos». El trabajo fue construir la embarcación «Welcome to el Nalón: Viciu y Regodón». Pese a los problemas que tuvieron en la aduana con los chalecos de su disfraz, «Los Agarraos» se mostraron exultantes. Respecto a las obras en la zona de llegada, Iris Rodríguez tenía claro que «ahora está mucho más amañoso, es mucho más cómodo para nosotros».
Era el comentario más habitual entre los «navegantes», que las obras en La Chalana habían facilitado la llegada de las «embarcaciones». Para Fernando Alcalde, de la peña «El Chalanín», que hizo un homenaje a la bebida regional, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, con la embarcación «La sidra natural, patrimonio espacial», la llegada a La Chalana fue «un paseo militar». Alcalde reconocía que la meta estaba «mucho mejor que otros años» y también hacía referencia al resto de la fiesta, asegurando que el desfile había sido «muy fluido», algo nada fácil con 41 embarcaciones, muchas de ellas de enormes dimensiones, y miles de personas desfilando u observando.
Un Descenso que quedará para la memoria de los que lo vivieron en primera persona, algunos por primera vez, y para el resto, porque como dijo una madre: «cuando tu hijo baja el río por primera vez, te suben las pulsaciones». Este año, Laviana reventó su máximo de frecuencia cardiaca. Ahora a reposar.