El conjunto Israel-Premier Tech es una de las 23 escuadras que este sábado toma la salida en la 90ª edición de la Vuelta a España. Como el resto de conjuntos llegó el miércoles a Turín, en pleno diluvio, y como siempre suele ser habitual con una discreta protección policial, como sucede en el resto de carreras en las que participa.
Curiosamente, el equipo de Israel, es el único que no muestra abiertamente la publicidad de su principal patrocinador. Es más, el autobús, el camión mecánico, las furgonetas y los coches, pintados en azul, sólo enseñan el nombre de la empresa canadiense que figura como segundo mecenas, Premier Tech, propiedad del multimillonario Sylvan Adams, con pasaportes de Canadá e Israel. Se trata de una firma especializada en soluciones ambientales con sede en Quebec.
Sólo una estrella de David, de diseño
Han eliminado cualquier referencia a Israel, salvo una estrella de David, aunque con un diseño futurista difícil de asociarla a la que figura en la bandera del país. La presencia del equipo, al igual que ocurrió el año pasado, ya empieza a levantar una ola de protestas. En 2024, las metas de las etapas se llenaron de banderas palestinas, en rechazo a la invasión de Gaza.
Los vehículos del conjunto israelí, en la Volta, sin publicidad. / Sergi López-Egea
“El equipo de Israel corre la Vuelta porque se lo ha ganado deportivamente. Por la misma razón participó en el Giro, en el Tour y en el resto de carreras internacionales”, cuenta Javier Guillén, director de la Vuelta. De hecho, la organización de la prueba no tiene ninguna competencia para desestimar la presencia del equipo, ya que acude a la Vuelta por derecho propio y no por invitación. La Unión Ciclista Internacional (UCI) es la única entidad con capacidad para retirarle la licencia, tal como hizo, de manera casi automática, con el conjunto ruso del Gazprom después de la invasión a Ucrania.
En el pecho del ‘maillot’
El nombre de Israel sólo se aprecia en el pecho del ‘maillot’ de los ciclistas. Es decir, mientras van colocados en la bici no se distingue la referencia al país. Sólo se observa si el corredor se levanta de la bici, por ejemplo, para celebrar una victoria de etapa tal como sucedió el año pasado con el triunfo del canadiense Michael Woods, en la meta del puerto de Ancares.
“La gente se puede expresar libremente en las metas, llegadas y recorrido de la Vuelta. Nosotros no vamos a establecer ningún tipo de veto”, añade Guillén al preguntarle sobre la presencia de espectadores con banderas palestinas durante la celebración de la carrera.
Aquí mismo, en la región italiana del Piamonte, ya hay varias acciones solidarias hacia Palestina, “pero que no pasan, en ningún caso, por perjudicar a la Vuelta, entre otras cosas porque los movimientos a favor de Palestina recuerdan la posición del presidente Sánchez al respecto”, afirma una persona conocedora de la situación en Italia.

Carteles a favor de la protesta a favor de Palestina, en Italia. / EP
El año pasado, en ningún caso, se alteró la competición deportiva. Para evitar cualquier tipo de conflicto, algunas organizaciones, ante la presencia de espectadores en las metas con banderas de Palestina, han determinado citar sólo por la megafonía el nombre de Premier Tech cuando se refieren al conjunto de Israel. Sucedió, por ejemplo, durante la disputa del O Gran Camiño (la ronda gallega), a principio de marzo, con el liderato y victoria del corredor canadiense Derek Gee, integrante de la escuadra israelí dirigida en España por el navarro Óscar Guerrero.
El Israel acude a la Vuelta con el veterano ciclista neozelandés George Bennet como jefe de filas y con el corredor israelí Nadav Raisberg. Al contrario de lo que sucede con el ruso del equipo Red Bull, Aleksandr Vlasov, que corre sin nacionalidad por orden de la UCI, Raisberg puede lucir la suya tanto en la Vuelta como en el resto de carreras del calendario internacional.
Suscríbete para seguir leyendo