Aunque la ley otorga prioridad a los peatones en los pasos de cebra, muchos conductores no respetan esta norma fundamental en ciertas ocasiones.
Cruzar la calle sin semáforo puede convertirse en un auténtico ejercicio de riesgo, sobre todo en determinadas zonas urbanas donde el tráfico es intenso y la visibilidad limitada. Frente a esta situación, una ciudad canadiense puso en marcha una campaña tan curiosa como contundente: animar a los peatones a cruzar con un ladrillo en la mano.
Vision Zero Vancouver
La campaña ha sido impulsada por Vision Zero Vancouver, una organización que trabaja por transformar las ciudades en entornos más seguros para los viandantes, ciclistas y usuarios de transporte público. Su última iniciativa no pasó desapercibida: se trata del «sistema de cruce de peatones con ladrillos» o Pedestrian Brick Crossing System.
El funcionamiento es sencillo: en varios pasos de cebra sin semáforo se han colocado cestas con ladrillos a ambos lados de la calzada. La idea es que el peatón coja uno, lo mantenga visible mientras cruza y lo deje en el otro lado. Así se refuerza visualmente su presencia y se genera un reflejo instintivo en los conductores, que tienden a frenar al ver a alguien con un ladrillo en la mano.
Desde la organización dejaron claro que no se trata de fomentar la violencia, sino de llamar la atención sobre un problema urbano cada vez más preocupante: los atropellos en ciudad. La campaña no es una solución definitiva, pero sí una llamada de atención creativa y contundente. En muchas ciudades, pese a las medidas de pacificación del tráfico y los límites de velocidad reducidos, los vehículos siguen sin respetar al peatón en los pasos sin semáforo.
De Canadá a España
El mensaje fue replicado en Valdebebas, un área residencial de Madrid, bajo el nombre “Hazte ver”. Inspirada directamente en Vancouver, esta iniciativa busca el mismo efecto disuasorio: que los conductores se detengan al ver a una persona con un ladrillo en la mano antes de cruzar. En zonas con avenidas anchas y tráfico rápido, donde cruzar puede ser especialmente complicado, este gesto simbólico pretende devolver confianza y seguridad a los peatones.
Pese a los límites de 30 o 50 km/h y a la presencia de pasos de cebra claramente señalizados, muchos vehículos no aminoran la marcha ni ceden el paso. En estos barrios periféricos, donde el trazado urbano favorece velocidades elevadas, el riesgo es mayor.
Por eso, campañas como la de Madrid también pretenden generar conversación sobre la importancia de respetar la prioridad peatonal. Y es que no ceder el paso en un paso de cebra conlleva una multa de 200 euros y la pérdida de 4 puntos del carné de conducir.