La nostalgia invadió a la generación Z hace unos días al ver sobre el escenario a Demi Lovato y los Jonas Brothers (Joe, Nick y Kevin Jonas) interpretar los dos grandes himnos de las películas de ‘Camp Rock’ (2008), ‘This Is Me’ y ‘Wouldn’t Change A Thing’. Los hermanos invitaron a la cantante al primer concierto de su gira ‘Jonas20: Greetings from your Hometown Tour’ en Nueva Jersey 17 años después del estreno de la primera película. Esto reavivó los rumores sobre la posibilidad de una nueva entrega de la película, que se unió a unas declaraciones posteriores de Joe Jonas en una entrevista en la que aseguró que entre sus tareas pendientes se encontraba «leer ‘Camp Rock 3′».
Este reencuentro pilló a todos por sorpresa. De hecho, hacía más de diez años que no se subían al escenario juntos -tras algunos años distanciados y rumores de mala relación– y confirmaron así su reconciliación públicamente. «Para mí fue muy sanador. Hemos pasado por muchas cosas juntos, todos nosotros, los Jonas Brothers y yo. Fue realmente genial pasar tiempo con ellos», explicó poco después la cantante en el pódcast ‘Chicks in the office’. «Miras hacia arriba y ves a una persona con la que has compartido la vida real y vivido experiencias increíbles… Volver a ese escenario y vivir esa experiencia en nuestra ciudad natal con ella fue realmente significativo para nosotros», apuntó, por su parte, Nick Jonas en una entrevista con ‘PopSugar’.
Esta actuación se unió a la -casi- confirmación por parte de Miley Cyrus del regreso de ‘Hannah Montana’ para celebrar los 20 años del estreno de la serie más vista de la historia de Disney Channel, que terminó en 2011, aunque todavía se desconocen los detalles: «Quiero diseñar algo realmente especial para el 20 aniversario porque fue el comienzo de todo». A pesar de que durante un tiempo renegó del personaje, Cyrus reconoció recientemente en una entrevista la importancia que tuvo en su vida: «Sin Hannah, no existiría esta versión de mí. Ahora estoy tan integrada en la vida de todos como lo estuvo el personaje. Es emocionante poder celebrar eso».
¿Una vida mejor?
La nostalgia ya no es una cosa de adultos. Los jóvenes ahora también echan de menos un pasado más o menos reciente que les recuerda una vida supuestamente mejor. «En mi adolescencia estuve muy conectado a muchos fenómenos de Disney Channel, era como una realidad paralela a tu día a día. Tú tenías que estudiar, pero a la vez veías ‘Camp Rock’ y sentías que podías ir a un campamento, hacer música y enamorarte», explica el cantante Roger Argemí, de 27 años. «Para las personas que tenemos inquietudes artísticas era una esperanza e ilusión para nuestra generación», añade el artista, que reconoce que disfrutaría mucho si finalmente se produjera una nueva entrega de ‘Camp Rock’.
¿Por qué jóvenes de unos 25 años sienten nostalgia por los productos audiovisuales que consumían cuando tenían apenas 10? «La nostalgia va cada vez más rápido«, expone el sociólogo y periodista Roger Pascual. «La memoria es muy tramposa y tenemos tendencia a pensar que el tiempo pasado era mejor. Por ejemplo, hay quien dice que en los 80 teníamos más libertad, pero los que dicen eso no recuerdan que los ‘skinheads’ pegaban a inmigrantes y personas trans», explica Pascual, aludiendo a un sentimiento que lleva a «idealizar el pasado«. Una idea que explora Woody Allen en la película ‘Midnight in Paris’ (2011) a través del «pensamiento de la edad de oro», la noción errónea de que un periodo pasado fue superior al presente.
Nostalgia acelerada
«La gente se siente más segura en épocas pasadas donde no hay incertidumbre respecto al futuro», comenta el sociólogo. «Antes, empezabas en un trabajo o en una relación a los 18 años y ya era para toda la vida. Ahora vivimos en un momento en el que cambiarás de trabajo, de pareja, de piso… Existe una inseguridad emocional, laboral y habitacional. Puedes culpar a la sociedad de eso, pero al final eres tú el que escoge el futuro, y eso genera mucha ansiedad a mucha gente», explica el sociólogo sobre las situaciones que viven las nuevas generaciones.
Frente a la angustia ante un mundo que sobrepasa, según Pascual, es «comprensible» querer buscar un refugio que a veces simplemente se encuentra en los capítulos de ‘Hannah Montana’ o en volver a ver las películas de ‘High School Musical’ para «recordar lo fácil que era la vida y no tener que afrontar una vida adulta tan compleja e incierta».
Un negocio rentable
Más de una década después de que terminaran todas estas producciones, Disney ha decidido aprovecharse de la nostalgia ‘zentennial’ para su regreso. El pasado 20 de diciembre, Disney Plus+ lanzó la secuela de ‘Los Magos de Waverly Place’ (2007). La nueva historia sigue a Justin Russo (con el regreso del protagonista principal, David Henrie) ya adulto, que ha elegido llevar una vida mortal normal con su familia. El primer episodio cuenta también con la aparición puntual de Selena Gomez, que también es productora ejecutiva a la serie.
Este viernes también llegaron a Disney Plus+ los diez primeros episodios de una nueva temporada de ‘Phineas y Ferb’, serie de animación estrenada en 2008 que se convirtió en un éxito entre niños y adolescentes y dejó de producirse en 2015. Además, ya en 2019 la plataforma hizo el ‘remake’ de ‘High School Musical’ en forma de serie, producción que lanzó al estrellato a la cantante Olivia Rodrigo. Y no solo es una estrategia de Disney. RTVE Play ha confirmado recientemente la llegada a su catálogo de la serie adolescente ‘H2O’, que se emitía en Neox entre 2006 y 2010. «Igual que la industria musical saca el dinero a las personas de 40 o 50 años que quieren ver a sus grupos favoritos antes de que vayan muriendo, ahora hacen lo mismo con los ‘revivals’ de series que lo petaban hace diez años», apunta Pascual sobre la estrategia de las plataformas.
«La nostalgia es tremendamente efectiva a la hora de convertir visionados; es decir, suelen ser series mucho más fáciles de vender que las de otros géneros», explica Elena Neira, colaboradora de El Periódico y profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC. «En un momento como el actual, en el que existe una gran saturación de oferta, es muy ventajoso», valora la experta, ya que convierte a los productos en un éxito incluso antes de su estreno. De hecho, gracias al ‘streaming’, su accesibilidad «multiplica las posibilidades» a la hora de consumir todas estas producciones y, por tanto, «se presta mucho a los visionados entre personas de distintas generaciones, lo que posibilita un visionado más relevante y emocional».
‘Phineas y Ferb’ / DISNEY
Cada plataforma explota este tipo de contenidos a su manera. Mientras que Netflix ha optado «por crear nuevos universos en los que la trama está emplazada en momentos generacionalmente clave, con el ‘look & feel’ de la época (como ‘Stranger Things’ -que exploró la década de los 80 en un momento clave de nostalgia para esa generación-)», comenta Neira, Disney+ y HBO Max suelen recurrir a la recuperación de sus contenidos míticos, como la nueva serie de Harry Potter que está preparando HBO Max o, en este caso, el ‘remake’ de ‘Los Magos de Waverly Place’ y el posible regreso de ‘Hannah Montana’ o ‘Camp Rock’ en Disney.
Familiaridad y consuelo
Este tipo de producciones «nos conectan con momentos pasados de nuestras vidas, generalmente de nuestra niñez o juventud, que recordamos con afecto e intensidad», asegura la comunicadora. Los contenidos que trabajan sobre esta premisa suelen percibirse como ‘comfort watching‘, esas formas de entretenimiento que resultan familiares y evocan sentimientos de seguridad, familiaridad y consuelo. Este hábito se relaciona con la reducción del estrés y la ansiedad, ya que estos contenidos permiten al cerebro relajarse.
Una idea que también reivindica el cantante Roger Argemí, que asegura que, en un momento en el que todos los contenidos se consumen con mucha rapidez, «no conseguimos conectar con profundidad con las emociones con las que lo hacíamos en el pasado, cuando no había tanta inmediatez y no estábamos tan conectados». «Antes conseguíamos disfrutar a fuego lento y repetir los mismos discos, las mismas series y películas sin cansarnos», valora el productor. Ahora, recuperar con una versión renovada un fenómeno que ya conectó con toda una generación «desprende una emoción que es muy difícil de conseguir con contenidos que son totalmente nuevos», considera Argemí. «Eso requiere un esfuerzo mental para el cual nuestra generación está muy poco preparada», zanja el artista.
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