La gestión de los incendios que han asolado media España ha generado una serie de acusaciones cruzadas entre el PP y la directora general de Protección Civil y Emergencias, Virginia Barcones, a la vez que ha reavivado la comparación con la gestión de la dana del pasado octubre.
El Gobierno valenciano denuncia que la alto cargo puso trabas a la hora de pedir el Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea.
Se trata de aquel que el Ejecutivo central activó por iniciativa propia en los incendios el 11 de agosto, pero que en la dana alegó que tenía que pedir el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón.
Fuentes de la administración autonómica aseguran que en la tragedia de octubre la petición formal del mecanismo se retrasó por los requisitos que les trasladó que había que cumplir.
Una falta de agilidad que, comentan desde la Generalitat, ahora se ha demostrado que era injustificada y de la que consideran responsable a Barcones.
Desde el Ejecutivo valenciano recuerdan que Barcones viajó a Brasil el 29 de octubre, el día de la dana. Ahora, con los incendios, señalan, acusa a las comunidades de «crear polémicas artificiales» y no haber actuado con «anticipación».
El Gobierno central activó el mecanismo el pasado 11 de agosto, según informó Moncloa. Lo hizo a iniciativa propia «viendo que la situación podría complicarse».
La actuación en la dana del 29 de octubre fue diferente. Mientras pasaban los días sin que se activara y con la UE preparada para prestar auxilio, el Ejecutivo central esgrimió que correspondía a Mazón pedir la ayuda europea y que declinó la de varios países que realizaron su ofrecimiento.
«Proactivos» en los incendios
«Solo puede activarse el Mecanismo Europeo de Protección Civil cuando lo solicite la administración autonómica«, afirmó el Gobierno.
Además, adujo que al haber decretado el Gobierno valenciano el nivel 2 de emergencia, era el responsable de dirigir la respuesta de manera exclusiva. Un nivel que es, precisamente, el que se mantiene ahora en las autonomías afectadas por los incendios.
De esta manera, no fue hasta el día 8 de noviembre -10 días después de la dana- cuando la Generalitat solicitó y, por tanto, cuando el Gobierno central activó el mecanismo europeo.
Ahora, desde la Administración autonómica apuntan a que los requisitos para la petición fueron los que la demoraron porque la Generalitat elaboró distintas peticiones sin que éstas fueran atendidas por la manera de tramitarlas.
El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, defendió este mismo jueves la actuación y anticipación del Gobierno central en todo lo relacionado con el mecanismo. Desde su departamento y desde la Dirección General de Protección Civil de Barcones, dijo, fueron «proactivos».
«Cuando entendíamos que los medios a disposición del Estado quizás no podían ser suficientes, ya nos anticipamos el día 11 de agosto oficiosamente y el día 12 ya oficialmente al Mecanismo Europeo de Protección Civil para que tuvieran en cuenta y nos auxiliaran en caso de que fuera necesario», indicó.
«Se activaron inmediatamente y el 14 de agosto ya estaban aviones franceses actuando en la zona de Castilla y León. Eso realmente es trabajar y poner a disposición de las comunidades autónomas los medios que ellas nos han requerido», añadió.
Retirada de lodos y vehículos
El mecanismo europeo no fue el único episodio que menciona la Generalitat en el conflicto durante la dana.
También indican que pidieron ayuda a Barcones y a la delegada del Gobierno en la Comunitat, Pilar Bernabé, para pedir a otras Delegaciones del Gobierno que suministrara listados de desguaces para poder agilizar la retirada de vehículos. Algo que, afirman, nunca hicieron.
Igualmente, desde el Ejecutivo autonómico apuntan que durante semanas les trasladó que contaba con medios para el tratamiento de los lodos a través del CSIC y que incluso se llegaron a reunir con un investigador que les recomendó.
El resultado, dicen, fue que no sirvió de nada, que obstaculizó los trabajos y que todo ello retrasó la retirada de los lodos.
Desde la Generalitat recuerdan, del mismo modo, que una de las demandas más repetidas fue la necesidad de cubas (chuponas) que extrajeran el agua de los garajes.
La solución de Barcones, dicen, fue traer a un contingente marroquí que durante semanas extraía los lodos y agua de los garajes y los depositaba en el descampado más cercano.
Zonas como el polígono comercial de Alfafar o, incluso, el barranco del Poyo, se llenaron de lodos que luego hubo que retirar de nuevo con medios propios, aseguran.