Hace 40 años, el municipio de Plan en el Pirineo oscense recibía su primera caravana de mujeres. La idea la tuvieron los solteros del pueblo tras ver una tarde de invierno en la televisión del bar la película Caravana de mujeres, siguiendo su ejemplo consiguieron traer a un gran grupo de solteras para conocerlas y casarse con ellas. La razón es que en este municipio del valle de Chistau en 1985 la mayoría de sus 200 habitantes era hombres.
Como en la película de William A. Wellman de 1951, donde un grupo de mujeres viaja desde Chicago hasta California para conocer a un grupo de colonos solteros, en Plan quisieron hacer algo parecido. Se puso un anuncio en la prensa que explicaba que se buscaban «mujeres solteras de 20 a 40 años con fines matrimoniales», además de poner el número de teléfono del bar y un horario de atención a las llamadas.
El éxito fue arrollador y recibieron una gran cantidad de solicitudes. De esta forma, el 7 de marzo de 1985 llegó la primera caravana (de las 5 que habría) trayendo en torno a 80 mujeres de todos los lugares de la península (Galicia o Valencia, por ejemplo). Para recibirlas se organizó una fiesta que duró varios días. El evento tuvo tal repercusión que aparte de las propias mujeres de la caravana numerosas personas y periodistas del resto de España acudieron a presenciarlo.
Los solteros de Plan despiden a las mujeres, en 1985. / EFE
«Fue algo muy grande para el pueblo y para el valle, en general. Todo gracias al gran trabajo por parte de aquellos hombres porque era algo bastante difícil de conseguir», explica el actual alcalde de Plan, José Serveto. Precisamente, él es hijo de uno de los matrimonios que ocurrió fruto de la llegada de la caravana.
La historia de una de las parejas
Su madre, Maxi Matías, había estado viviendo en la localidad un tiempo, pero se había tenido que ir a Valencia. Cuando vio el anuncio decidió unirse al grupo y volver al pueblo donde antes había residido. «No tenía miedo alguno porque ya los conocía. El ambiente en la caravana era alegre, algunas se asustaban en los túneles, pero venían contentas, con la idea de pasarlo bien y si eso encontrar pareja«, cuenta la madre del alcalde.
En su caso tras los tres días de fiesta, decidió mantener la relación hablando por carta y por teléfono con José Serveto (padre del alcalde con el mismo nombre) y, finalmente, en septiembre de aquel mismo año, es decir, 6 meses después, acabó casándose con él. «Desde entonces, todo ha ido bien. Tenemos dos hijos, uno ha llegado a alcalde del pueblo y, también, tenemos un nieto», comenta Maxi.
Además de ellos, de aquella caravana se estima que, en total, acabaron saliendo unas 40 parejas, de las cuales 17 se quedaron en el valle, revitalizándolo y haciendo aumentar la tasa de natalidad.
Ella cree que hoy en día, una caravana como la que se hizo en el 85 no tendría sentido. «Ahora los jóvenes se mueven mucho no hace falta que se monte nada parecido para que llegue gente a ningún sitio y se conozcan», detalla. Asimismo, Maxi comenta que la situación que se dio en Plan fue que «las mujeres se iban a servir fuera del valle, pero los hombres se tenían que quedar aquí a trabajar».
Plan en la actualidad
La situación actual en Plan es similar a la de aquel entonces. De los 200 habitantes de hace 40 años, hoy en día el censo ronda los 270. Aunque para hacer frente a la despoblación una caravana llena de mujeres no parece ser la solución en pleno 2025, el edil del municipio afirma que la lucha es difícil por «las diferentes políticas actuales». «Hacen falta más facilidades y menos leyes. Tiene que haber vivienda, facilidad para emprender, que haya trabajo…», añade.
Así, el alcalde cree que se podría atraer una población joven mayor porque algo que preocupa es que la gran mayoría de los habitantes son de avanzada edad. «Necesitamos atraer a gente joven y que los que están aquí se queden porque muchos se van por el tema del trabajo, ya que aquí no encuentran lo que buscan», cuenta.
Para Maxi otro factor muy importante es que «los que estén en Plan tengan hijos. Hay población en edad de tenerlos, pero no los tienen. La tasa de natalidad tiene que subir, aunque ese es un problema global y no solo de nosotros».
40 años después la lucha por la supervivencia en el entorno rural sigue siendo algo muy importante para localidades como Plan, donde en 1985 gracias a una película su entorno se revitalizó. Consiguió atraer una mayor cantidad de población, aumentó la natalidad y hubo un auge del turismo. Todo a raíz de la repercusión que tuvo la idea que los jóvenes del pueblo tuvieron aquella tarde viendo la televisión sentados en el bar.