Sesenta años celebrando el vino

La historia de Coviñas se remonta a un 22 de agosto de 1965, cuando se constituyó una entidad cooperativa que tenía como objetivo fundacional poner en marcha una destilería para sacar el máximo provecho a los racimos de uva que cultivaban sus socios. En aquella época era escaso el mercado del vino embotellado y, además, los producidos en esta zona no gozaban de la reputación que tienen hoy. Sus socios (en menos de un año rondaban los 1.800 viticultores) buscaban mayor rentabilidad para sus cosechas, y encontraron en el proceso de obtención de alcohol una buena manera de aumentar los beneficios y dejar de depender de otras empresas del sector.

Del ‘Vino de la Reina’ al éxito de ‘Enterizo’

La cosa no tuvo que irles mal, y dos años mas tarde, en 1967, adquirían una bodega en Requena, muy cerca de la alcoholera, con zona de crianza y línea de embotellado donde comenzaron a producir vinos que adquirieron cierto renombre en la zona. Su primera referencia fue el ‘Vino de la Reina’, del que inicialmente, y en colaboración con la Estación de Viticultura y Enología, se produjeron 80.000 botellas de un coupage de Garnacha y Bobal, comenzando así el embotellado de vino de calidad en la comarca. Años más tarde, en 1985, y por problema de patentes, Coviñas se vio obligada a dejar de etiquetar su exitoso vino con ese nombre, que hacía referencia a la Reina de la Fiesta de la Vendimia, pasando a denominarse Enterizo, marca que no se eligió al azar, ya que, según una leyenda local, era el nombre del caballo de Doña Elvira, esposa de El Cid, del que se decía que las vides que tocaba a su paso quedaban bendecidas.

En 1966 Coviñas estuvo presente en la feria del vino de Requena. / ED

Lejos de mermar su presencia en el mercado, ese cambio en el nombre de su vino más emblemático terminó siendo un espaldarazo para la consolidación de Coviñas en el mercado, tanto en el ámbito local como fuera de nuestras fronteras. Las dos últimas décadas del pasado siglo XX supusieron el despegue internacional de los vinos de Coviñas, que comenzaron a ganar presencia en lineales de supermercados y tiendas especializadas en países de relevancia como Reino Unido, Bélgica, Holanda y Alemania. La expansión de la bodega parecía no tener límite gracias a una colección de vinos de altísima calidad que se ofrecían con una extraordinaria relación calidad-precio. Con todo, el mercado no terminaba de asimilar los vinos de Bobal (la uva mayoritaria en las 10.000 hectáreas de viñedo que gestiona Coviñas en la DO Utiel-Requena), aunque algunos de sus vinos, como el rosado Viña Enterizo, obtenía los mayores reconocimientos en cada uno de los concursos en los que se presentaba, tanto en España como en el ámbito internacional.

La colección Enterizo de Bodegas Coviñas.

La colección Enterizo de Bodegas Coviñas. / ED

Siglo XXI: de los viñedos centenarios al reconocimiento mundial

Con la llegada del siglo XXI la entidad comenzó a adaptar su filosofía de trabajo a los nuevos estándares del sector del vino. El equipo de técnicos inició un trabajo para preservar el principal patrimonio de la bodega, los viñedos más viejos, algunos con casi un siglo de vida, a la vez que afrontaba el reto de poner en valor sus variedades de uva autóctonas (principalmente la tinta Bobal y, en menor medida, la blanca Tardana). En el ámbito internacional sus vinos seguían sorprendiendo a consumidores y prescriptores. En 2006 el crítico inglés Joe Fattorini publicó un artículo en el que comparaba mediante cata ciega una selección de cuatro vinos, dos de ellos de poco más de tres libras (entre los que se encontraba el Viña Decana Crianza), uno de un precio aproximado de diez libras y otro más por encima de las 50 libras. El resultado fue demoledor, y Viña Decana fue el mejor valorado por todos los catadores que se sometieron a esta prueba. La noticia dio alas a la bodega en lo referente a ventas, lo mismo que sucedió seis años después, cuando el tinto Toro Loco (marca creada para entrar en los lineales de Aldi) logró uno de los máximos galardones en el concurso Internacional Wine & Spirit Competition, distinción que compartió con otros vinos que costaban diez veces más. En un solo día Aldi vendió más de 20.000 botellas de esta referencia, lo que les llevó a multiplicar de manera significativa su volumen de pedidos a la bodega.

Vista aérea de las instalaciones de Coviñas en el término de Requena.

Vista aérea de las instalaciones de Coviñas en el término de Requena. / ED

En los últimos años Coviñas ha seguido implicándose con el entorno y apostando por la diversificación. Fue la primera cooperativa de la Comunitat Valenciana en ingresar en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cava como elaboradora de vino base y productora de cava, lanzando al mercado espumosos de método tradicional de excepcional calidad como el Aula Brut Nature Reserva, con una crianza en rima de 24 meses. Más recientemente la entidad logró uno de los hitos que resumen sus seis décadas de intachable trayectoria al conquistar el título de mejor bodega cooperativa del mundo según la DWM Wine Trophy, una de las organizadoras de concursos más influyentes a nivel mundial. Se trata de una asociación independiente que, tras innumerables catas ciegas en distintos países avaladas por entidades como la Organización Internacional del Vino y la Viña (OIV), la Unión Internacional de enólogos y la Federación Mundial de Concursos del Vino. La firma requenense ha logrado este preciado galardón en dos ediciones consecutivas en la categoría de entidades con más de 500 hectáreas de viñedo. El título a la mejor cooperativa del mundo ha servido además para que Coviñas se incorpore a la Liga de los productores más importantes a nivel mundial (Golden League), y contribuye a dar visibilidad a nivel mundial de su razón de ser, como un ejemplo de vertebración del territorio.

Coviñas, motor socioeconómico de la comarca Requena – Utiel

En la actualidad la bodega comercializa sus vinos y cavas con diversas marcas comerciales. La más conocida es ‘Enterizo’, con la que proponen una gama de seis vinos y cinco cavas y que está disponible en el canal de alimentación. Los sellos ‘Al Vent’ y ‘Aula’ ponen en valor la singularidad de sus uvas y se distribuyen en el sector de la alimentación. Por su parte, el sello ‘Veterum’ reúne los vinos elaborados a partir de las uvas cultivadas en los viñedos más viejos de la zona. El buque insignia de la compañía es ‘Adnos’, un tinto de Bobal contraetiquetado por la DO Utiel-Requena como ‘Bobal de Alta Expresión’. Recientemente han lanzado al mercado ‘El Jugón’, una gama de vinos bajos en alcohol, atendiendo a las tendencias que marcan los mercados internacionales; y el blanco Voramar, vino fresco de perfil mediterráneo elaborado con uvas de Tardana.

Interior de las instalaciones de Coviñas donde descansan las barricas.

Interior de las instalaciones de Coviñas donde descansan las barricas. / ED

Sesenta años después de su fundación Coviñas se ha convertido en el principal motor socioeconómico de la comarca, poniendo en valor las 10.000 hectáreas de viñedo que cultivan sus socios y defendiendo el esfuerzo de las más de 3.000 familias que miman sus cepas para obtener unas uvas con las que llevan seis décadas celebrando el vino.


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