La bajada de temperaturas y la humedad alivia la lucha contra el fuego, que salta a Pontevedra y sigue virulento en León

Tras casi dos semanas de desastre medioambiental en media España, la bajada de las temperaturas y el aumento de la humedad -dos aspectos claves para luchar contra el fuego, junto con la ausencia de viento- aportan algo de optimismo para poder controlar las llamas. Es lo que sucede, por ejemplo, en Jarilla (Cáceres), donde el fuego ha quedado estabilizado tras arrasar en once días unas 17.300 hectáreas, el mayor incendio de la historia reciente en Extremadura.

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