Las playas de Cádiz y Málaga han vivido en los últimos días un fenómeno inesperado: la llegada del dragón azul(Glaucus atlanticus), un molusco marino tan bonito como peligroso. Su aspecto parece sacado de un cuento fantástico —con tonos azules brillantes y formas que recuerdan a una criatura mitológica—, pero su presencia ha obligado incluso a cerrar playas al baño, como ocurrió en Santa Bárbara (La Línea de la Concepción).
Un visitante inesperado
Aunque su hábitat natural son las aguas tropicales, este verano se han registrado avistamientos en puntos como Fuengirola, Guardamar (Alicante), Mallorca, Lanzarote y hasta la Costa del Sol. Según los expertos, su llegada podría estar relacionada con el cambio climático: el aumento de la temperatura del mar y las fuertes corrientes marinas estarían favoreciendo que lleguen a zonas donde nunca antes se habían visto.
Tan bonito como dañino
El dragón azul no es mortal, pero puede provocar irritación, vómitos, mareos y un fuerte escozor al entrar en contacto con la piel. Se alimenta de medusas y carabelas portuguesas, lo que hace que herede parte de su toxicidad. La recomendación es clara: no tocarlo bajo ningún concepto, ni siquiera con guantes, y avisar a socorristas si se detecta alguno en la orilla.
Opiniones encontradas
Mientras algunos bañistas viven con temor la posibilidad de encontrarse con este “dragón en miniatura”, otros expertos piden calma. Juan Lucas Cervera, catedrático de la Universidad de Cádiz, ha restado dramatismo asegurando que “cerrar una playa por 3 o 4 ejemplares me produce risa”. Incluso confiesa que él mismo estaría dispuesto a cogerlo con las manos.
Entre el mito y la realidad
Con apenas cuatro centímetros de longitud, el dragón azul ha pasado de ser una rareza marina a convertirse en el protagonista inesperado del verano 2025. No se han registrado picaduras hasta la fecha, pero su sola presencia en las aguas andaluzas ha desatado titulares, miedo… y también fascinación.