Yildirim se convierte en el nuevo residente del hospital

Timur estaba a punto de marcharse cuando ha notado que un joven, sin bata blanca ni identificación, estaba atendiendo a un paciente al borde de la muerte.

El chico ha detectado una hemorragia grave y ha pedido material de urgencia. Con seguridad y rapidez, ha colocado un catéter y ha logrado estabilizarlo.

“¿No me vas a ayudar, papi?”, le ha soltado el joven con descaro al ver a Timur mientras seguía trabajando. Cuando todo ha terminado y el paciente ha quedado fuera de peligro, Timur lo ha mirado y le ha puesto las cosas claras:“Primero, no soy tu papi. Segundo, soy el jefe médico de este hospital. ¿Y quién es usted?”.

El muchacho, sorprendido, se ha disculpado y ha confesado la verdad: se llama Yildirim, es médico y había venido a una entrevista para la residencia… pero lo han rechazado. Aun así, ha decidido quedarse y ayudar, porque no podía mirar a otro lado mientras alguien se jugaba la vida.

Yildirim ha demostrado carácter, valentía y vocación, tres cualidades que podrían convertirlo en alguien imprescindible en el hospital. Sin dudarlo, Timur lo ha contratado.

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