Kylian Mbappé llegó a un Real Madrid campeón de la Champions y de la Liga. Vinícius era su referente, aunque no culminó ese liderato con el Balón de Oro que se llevó Rodri. El Madrid se enfadó, pero el tiempo coloca a cada uno en su sitio. Ahora, un año después de su llegada, empieza a demostrar que su fútbol y su efectividad son más rentable que los juegos de artificio y malabares del brasileño.
Más dinero
Nadie duda de que Vinícius es un jugador superlativo, que rebaja con esa personalidad estridente de niño rabioso de patio de colegio cuando le quitan su balón. El brasileño está en línea de reeducarse, consciente de que molesta incluso a los que van en su mismo barco. Pero también provoca dudas por su ‘imperfección’ futbolística, capaz de licuar el oro de sus jugadas con erráticas finalizaciones. Lo contrario que Mbappé.
En la primera temporada juntos en el Real Madrid hubo equilibrio, un pulso que acabó inclinándose a favor del francés por su incuestionable pegada. La reacción del brasileño es igualar esa desventaja exigiendo ganar lo mismo que su compañero, desafiando a Florentino Pérez a romper su límite salarial para tener un sueldo superior al del francés, que le supera con un plus económico extra por llegar con la carta de libertad.
El mejor regateador
Mbappé ha pasado su adaptación de un primer año en el que ha necesitado acoplarse al equipo, a sus compañeros, a las costumbres de un nuevo país y empieza su segundo curso como una moto. Ante Osasuna fue el Mbappé que todo el madridismo deseaba, ese jugador activo, resolutivo, enchufado, desequilibrante y decisivo. Además de marcar el gol de la victoria, fue el mejor del partido.
Vinícius, por su parte, estuvo también enchufado, voluntarioso, más trabajador de lo habitual, pero no le alcanzó para estar a la altura de su compañero. Le superó incluso en su mejor recurso, el regate. El partido de Mbappé fue mejor que el de los otros dos protagonistas de la jornada en Liga en regates. De 12 intentos, completó 8. Fueron los mismos regates que hizo Nico Williams, pero necesitó 14 intentos para lograr la misma cifra. Por detrás aparece Lamine Yamal, que firmó 6 regates tras 10 intentos.