¿Qué expectativas hay para los próximos días? ¿Habrá mejora?
A ver. Esperemos que, en global, sí, aunque el complejo de incendios en la zona ourensana tiene condiciones diferentes de Norte a Sur y de Este a Oeste. Hay puntos donde la tendencia es a mejorar y en otros aún debemos conseguir estabilizar cordones y flancos muy activos. Siempre confías en que las condiciones meteorológicas ayuden. Junto a la topografía y la vegetación, son un factor fundamental en la evolución de un incendio.
¿Por qué esta ola incendiaria ha resultado tan devastadora?
Han confluido distintos factores, el primero la disponibilidad extrema de combustible. Vino un verano muy adelantado tras una primavera muy lluviosa y eso provocó que el combustible, sobre todo el fino, estuviera en una alta disponibilidad para arder y eso, a su vez, que una vez iniciado un incendio se propague muy rápidamente. A partir de ahí, si hay una simultaneidad de incendios… Hemos tenido que afrontar con el dispositivo de Galicia 500 incendios forestales, la mayoría en Ourense en lo que llevamos de agosto, a una media de casi 50 por día.
No dan abasto. ¿Qué dificultades tienen los medios de extinción para controlar los fuegos?
Además de la disponibilidad del combustible y de que genere fuegos de alta intensidad muy rápidamente, la dificultad principal es que los fuegos del sur de Ourense han sido en zonas muy pobladas. La prioridad siempre es defender vidas y viviendas. Entonces, una de las dificultades añadidas a la extinción de estos incendios es que nuestros medios han estado centrados, sobre todo, en la defensa de los pueblos. Y, si estás defendiendo pueblos, no estás en el monte apagando incendios. Si a incendios muy virulentos le añades que la estrategia del servicio de extinción cambia del monte a la defensa de las vidas de nuestros conciudadanos, eso también complica las tareas de remate de estos incendios.
Ha habido quejas de vecinos que decían que no había nadie para apagar incendios…
El servicio se ha volcado, ha hecho una labor fundamental y estoy tremendamente orgulloso de su desempeño. ¿Que haya sitios a los que no hemos conseguido llegar? No le voy a decir que no. Han sido muchos días de trabajo en muchos puntos de Galicia y puedo entender al vecino que está en una casa en un pueblo y no ve llegar ningún medio. Pero no es porque esos medios estén en casa, de vacaciones, sino porque están trabajando en otro sitio. Puedo tener empatía con el que dice eso, pero ruego la misma empatía para el servicio de incendios y para los que lo integran, que lo han dado todo.
Un guarda forestal trabaja en labores de extinción del incendio forestal de Carballeda de Avia (Ourense) este domingo. La ola de incendios que afecta al noroeste de España no da tregua este domingo. Tras una semana de incendios que han causado tres muertos, miles de hectáreas quemadas y miles de desalojados por las llamas, el país se encuentra devastao. En la región de Galicia ardieron ya 50.000 hectáreas y en la de Castilla y León 3.500 personas permanecían fuera de sus hogares. EFE/ Brais Lorenzo / Brais Lorenzo / EFE
¿Considera que habría que reforzar el dispositivo?
Las emergencias se dimensionan para una emergencia media. Si esto se repite, si lo vamos a vivir en las próximas campañas, la respuesta más responsable sería decir que sí. El servicio gallego está dimensionado para una emergencia media en base a un número de incendios en las distintas campañas, pero ha tenido que defender Galicia de 500 incendios en 17 días. Creo que la magnitud del fenómeno habla por sí sola.
Si los veranos serán más extremos, parece que habría que tenerlo en cuenta, ¿no?
Me pregunta mi opinión por Galicia, pero creo que toda Europa tiene que tomar nota de lo que está pasando en los últimos 5 años. Estamos ante fenómenos cada vez más virulentos, que afectan más a zonas habitadas, urbanas, periurbanas, de pueblo, y, por tanto, sí creo que hay que tomar nota, pero no solo a nivel gallego, sino a nivel estatal y europeo. Todos tenemos que abrir un período de reflexión.
¿Se deberían aumentar los fondos destinados a prevención?
Sí, pero no en contra de la partida que se gasta en extinción. Comparar lo que se gasta en prevención con lo que se gasta en extinción es como comparar lo que gastamos en salud pública con lo que gastamos en sanidad pública. Hay que gastar más en salud pública, pero no a costa de cerrar quirófanos. Hay que gastar más en prevención, sí, pero no a costa del dispositivo de extinción, que es necesario cuando pasan estas cosas.
La operación Centinela arrancó el 15 de agosto, en plena ola. ¿No debería replantearse?
De cara otros años, sí. La planificación del Pladiga parte de una estadística que sitúa la principal punta de incendios a partir del 15 de agosto, pero esta vez no fue así.
Una de las preguntas clave es quién prende fuego al monte.
El fuego será multicausal, pero 500 incendios no salen del cielo. No ha habido una tormenta en quince días. A partir de ahí, cada uno que saque sus conclusiones. No soy sociólogo, ni psicólogo, ni penalista, sino un humilde servidor que apaga incendios. Ahora, explícale a mi gente que se está jugando la vida y a los vecinos que han perdido sus casas y que han pasado situaciones dramáticas que un vecino o alguien que vive en su entorno ha hecho esto. Yo no consigo racionalizarlo.
¿Qué toca tras apagar?
Cada zona requiere estudios y soluciones diferentes. Ya hay gente de la nuestra revisando esas zonas para ver posibles afecciones, sobre todo suelos, en cuanto posibles escorrentías. Luego otros departamentos, Medio Ambiente, Augas, harán sus propios estudios.
«Ya hay gente revisando posibles afecciones en los suelos»
Un factor clave es el combustible. Hay una ley que obliga a limpiar: ¿multar más? ¿Qué hacer de cara a la prevención? Creo que una concienciación colectiva de todos los que somos actores en el territorio y en Galicia hay muchos, desde los propietarios del territorio, en su mayoría particulares, cuidar el entorno de sus viviendas para minimizar la posible afección, y los gestores de las vías públicas, lo mismo, tienen que ser lugares seguros de tránsito, hasta cualquier administración con competencias en gestión y ordenación del territorio.
Necesitamos que esa gestión del territorio tenga en cuenta los efectos de estos incendios virulentos a la hora de planificar obras y nuevas infraestructuras. Es fundamental en la gestión de incendios que haya zonas de discontinuidad de la biomasa, que tengamos zonas de oportunidad donde pararlos. Todos tenemos responsabilidades y todos tenemos que cumplirlas.
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