Darío Brizuela atiende a EL PERIÓDICO después de un entrenamiento de la selección española de baloncesto en Madrid. El escolta del Barcelona asume el rol de veterano en un grupo muy joven y pone al servicio de Scariolo “energía para meterle una marcha más a los partidos y generar puntos para mis compañeros”
-¿Cómo afrontas personalmente este Eurobasket que llega en medio de un proceso de relevo generacional, en el que eres uno de los veteranos, y con bajas en la posición en la que tú juegas?
-Llego de la temporada con buenas sensaciones. Es cierto que tenemos bajas como la de Lorenzo Brown, que es la que más daño nos hace, pero aquí siempre vengo con la predisposición de ayudar. No creo que vaya a tener que hacer nada fuera de lo común. Sergio tiene su forma de jugar y yo me adapto siempre a lo que me pide. Sobre el tema del relevo generacional es verdad que me siento algo raro al ser de los mayores. Soy el tercero más viejo del equipo y es la primera vez en mi carrera que me pasa. Estoy intentando transmitir a los jóvenes las cosas que me transmitieron antes a mi. No soy capitán, pero estoy muy cerca de Willy y de Juancho en esto.
-¿Cómo ejerces ese rol de veterano en el día a día? ¿Hablas mucho con los jóvenes, les transmites algo especial?
-Un poco de todo. Hay muchas formas de hacerlo. Yo creo que Willy y Juancho en ese sentido son las figuras más visibles. Y son quienes reúnen al grupo para las típicas cosas que creo que no se pueden perder como es ir a cenar todos juntos, ir a comer todos a la misma hora, respetar las rutinas que probablemente ahora con los nuevos tiempos se están perdiendo. Eso es algo que ya hemos hablado y que aquí jamás se va a perder. A mí me gusta estar pendiente de los chicos en pista e intentar ayudarles, que sepan que tienen ahí un apoyo. Pero también ser duro con ellos cuando toca. Yo, por ejemplo, tengo mucha confianza con Mario Saint-Supéry y estoy muy pendiente de él para que sepa dónde está y sea humilde. Cada uno juega un papel y es lo que me toca ahora. Conmigo lo hizo Rudy, que estuvo muy encima de mi y se lo agradeceré siempre. Es estar pendiente siempre de que la evolución de la selección siga el mismo camino.
-En la posición en la que juegas llega gente joven como Mario y Larrea. El otro día decía Scariolo que van a tener espacio si quieren dar un paso adelante y demuestran personalidad. ¿Crees que tienen carisma? Porque talento es evidentemente que sí.
-Sí, son dos jugadores que, si me permites la expresión, tienen huevos. Y eso es fundamental en gente joven. La capacidad la tienen muchos, ellos en particular de sobra. Pero luego tienes que ser capaz, ante el reto, de no hacerte pequeño y seguir confiando en ti. Y son jugadores que, como te digo, al margen del muchísimo talento que tienen, no se achantan y es lo que nos va a hacer falta. Porque por mucho que Willy, Juancho o yo, los mayores, podamos aportar, necesitamos de los doce para ganar. Suscribo las palabras de Sergio, si quieren dar el paso, lo podrán dar. Pero no es fácil.
Dario Brizuela, en un partido de preparación de la selección / RFEB
-¿Qué destacarías de Mario y de ‘Larry’? Por presentarlos a la gente que lo conoce.
-Son dos jugadores que juegan de uno, más ‘Larry’ que Mario. Mario creo que es más explosivo y tiene interiorizado meter más puntos, mientras que ‘Larry’ es alguien que dirige más. No es un base a la antigua. Es muy grande y puede hacer muchas cosas. Son jugadores que reúnen características para ser los siguientes grandes jugadores en nuestro país. Y lo único que hay que hacer es ayudarles. Mario es quizás más cabeza loca de los dos. Van a llegar adonde quieran llegar porque tienen capacidad para jugar donde quieran. Lo saben y son humildes en ese sentido. Y afortunadamente aquí vamos a poder disfrutar de su progresión.
-Su relación con Mario es especial.
-Mario es como mi hermanito pequeño. Ver su progresión me enorgullece.
-¿Y usted qué puede ofrecer a esta selección?
-Creo que mucha energía. Con Sergio siempre he tenido ese rol de salir desde el banquillo, para meterle una marcha más al partido y generar puntos para los demás. Eso es algo en lo que creo que estoy mejorando. Probablemente no centrarme tanto en anotar yo y ser ser capaz de distribuir y generar más para los demás. Creo que eso va a ser fundamental y es lo que voy a poner a disposición del equipo. Tengo el punto más de experiencia que me ha dado jugar en el Barça y en la Euroliga, una competición muy exigente.
Estudiar Psicología me ha permitido gestionar mejor mi frustración por los fallos y, sobre todo, saber comunicar a todo el mundo lo que quiero comunicar»
–En el Barça este año, ha tenido que jugar de uno porque la plaga de lesiones. Aquí también podría ayudar porque también hay déficit en esa posición. ¿Se ve con ganas?
–Sí, es cierto que me ha tocado hacerlo. Se me haría más complicado si no lo hubiera hecho durante esta temporada. Sí que lo puedo hacer y en los entrenos intento estar pendiente de lo que me tocaría hacer en caso de ocupar ese rol. Pero yo tengo mucha fe en Larry, en Mario y, por supuesto, en Alberto que es un seguro de vida. Aún así estoy preparado por si se da la circunstancia en el partido o para cualquier cosa que se pueda dar.
-Más allá de su disponibilidad para asumir el rol que le pida el seleccionador, ¿en qué rol está más cómodo?
-Me he sentido siempre más cómodo en la posición de dos, en ejecutar más que en dirigir. Pero bueno, te digo lo mismo de antes, este año al final he tenido que jugar mucho tiempo de base y me he sentido cómodo al estar rodeado de compañeros como Kevin Punter. Lo más natural para mí es jugar de dos y preocuparme más por ejecutar que por mandar al equipo, pero al final, como todo en la vida, hay que aprender y progresar.
-Probablemente tendrá que participar más en la producción ofensiva, al no estar Lorenzo, ocupando su rol en la generación de puntos, un rol que también es natural en usted.
-Sí, eso sí. Pero también te diré que por las circunstancias que hemos vivido este año en el Barça, he desarrollado mucha química con Willy y con Joel. Así que si me toca jugar algunos minutos de uno también puedo generar y apoyarles.
-Has jugado con 10 de los 15 jugadores que hay en esta selección. Eso genera también una química especial en el grupo, ¿no?
-Sin duda, nos conectamos bien y sabemos dónde nos gusta estar en la pista, qué tipo de tiros son más cómodos para cada uno y eso es una gran ventaja. No hace falta que nos estudiemos, lo único que tenemos que hacer es que cada uno ponga a disposición del equipo lo que sabemos hacer y jugar bien.
-Es el último torneo de Sergio con la selección. No sé si eso es un incentivo para el equipo, si tratará de hacerlo mejor aún en agradecimiento a lo que Scariolo le ha dado al grupo.
-Sí, creo que sí. Si Sergio siguiera más años, la motivación sería la misma: seguir ganando. Pero sabiendo que es su último torneo y con los triunfos que ha tenido, queremos acabar bien su ciclo. A mi particularmente me ha ayudado mucho, como a todos los que hemos llegado a la selección con él. Sí que nos gustaría que se fuera por la puerta grande. De hecho, se va a ir por la puerta grande sí o sí. Pero nos gustaría ser campeones o volver con una medalla porque se lo merece. Además, el otro día leí que en cada Europeo ha vuelto con una medalla. No nos gustaría que en el último no fuera así, aunque sabemos que es una empresa difícil.
-¿Y a usted personalmente en qué le ha ayudado? ¿Qué ha mejorado deportiva o personalmente?
-Cuando llegué aquí en 2019 estaba en Estudiantes y tenía un rol muy importante. Aquí tuve que acostumbrarme a volver a tener un papel secundario, me especialicé mucho en eso y es lo que me llevó después a hacer una buena temporada en Málaga y a acabar en el Barça. Mejorar bajo su presión y su demanda en ese rol secundario más especializado, me han abierto muchas puertas.
-A nivel de selección, ¿qué destacaría del trabajo de un Scariolo que ha construido una selección de autor?
-Dentro de todos los jugadores que ha tenido, todos con mucho talento, ha sabido adaptar todo al tipo de juego que proponía. Que en realidad es un juego de roles en el que ha asignado papeles a unos y otros para sacar lo mejor del grupo como equipo. La clave es que es muy buen entrenador y que es una figura que se ha ganado el respeto de todos. Le respetamos mucho y así es más fácil todo. Eso se lo ha ganado. Sabe mucho, nos conoce mucho, sabemos que lo que él quiere es lo que va a funcionar, y creo que esa sintonía en el trabajo de los jugadores es lo más destacado que ha conseguido porque no es nada fácil. Y durante tanto tiempo.
-¿Les quita presión no ser favoritos en este Eurobasket pese a ser vigentes campeones?
-No, porque jugar para España siempre es algo muy exigente. Hablamos de ponerte la camiseta de una de las mejores selecciones del mundo, un equipo que ha ganado muchas medallas. Y un equipo que no se esconde nunca. No seremos favoritos, pero queremos ganar. Que nos den como favoritos o no, nos da igual.
Este año en el Barça ha sido muy exigente por las lesiones, pero ha sido una oportunidad para que muchos jugadores dieran un paso adelante»
-¿Qué selecciones le llaman la atención en este Europeo?
-Al final ves que está Doncic, que viene Serbia con todo el mundo, luego está una Francia que no va con todo pero es subcampeona olímpica… Nosotros nunca nos hemos escondido ante ellas y hemos conseguido buenos resultados siempre. Sabemos competir cuando llega el momento.
-En su club ha tenido una temporada complicada por la plaga de lesiones. Personalmente, ¿estas temporadas con contratiempos son más desafiantes para usted que cuando viene todo rodado?
-Todas las semanas de cada temporada son un reto en sí. Cuando estás dentro de un equipo, aunque fuera parezca que todo va rodado, siempre hay cosas, retos grupales, complicaciones… Y en lo individual no estás todo el año igual de bien, tienes altibajos de juego, de físico, de muchas historias… Pero este año en el Barça ha sido muy exigente en ese sentido, ha sido una oportunidad para que muchos jugadores dieran un paso adelante. Y creo que hemos dado ese paso, gente como Joel, que ha estado enorme. O Dame Sarr, que tuvo meses de rendimiento increíble. Y creo que en la selección va a ser un poco la continuación de la temporada en ese aspecto porque por lesiones y bajas también es un reto importante.
-Una última pregunta, estudia Psicología y quería saber cómo lo utiliza en su día a día en el baloncesto. Si le sirve para conocerse mejor o a los compañeros.
-Sí, he aprendido a gestionar mucho mejor mis frustraciones porque antes era un jugador que me frustraba mucho con el fallo, con no rendir bien. He encontrado una forma de relativizar eso, y luego lo más importante para mí es que he aprendido a comunicarme mucho con mis compañeros. Porque no todo el mundo es igual, cada uno tiene sus inquietudes, su forma de ser, su forma de comunicarse, su forma de escuchar. Creo que es donde más he mejorado como compañero. En saber comunicar a todo el mundo lo que quiero comunicar. Y tengo la sensación de que la gente me escucha y se fía de mí. Así que entiendo que en ese sentido estoy haciendo un buen trabajo. Esa madurez también se traduce en el juego. Pero lo que más me gusta de lo que he aprendido en mi carrera de psicología es ser capaz de comunicarme con la gente porque eso me ha ayudado a abrir puertas, a una mejoría tanto mía como de mis compañeros. Y eso lo que más me llena.
-Gracias y mucha suerte, Darío.
-A ti.
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