La llegada de septiembre se ha convertido en uno de los momentos de mayor presión económica para las familias. Este año, la ‘vuelta al cole’ será la más costosa registrada hasta la fecha: uniformes, libros y material escolar elevarán el gasto medio por estudiante hasta cifras récord, en un contexto de inflación y encarecimiento generalizado. Concretamente, según los datos del análisis realizado por el comparador financiero Banqmi, cada familia tendrá que pagar en el curso 2025-2026 hasta 422,05 euros de media por alumno, lo que supone un incremento del 1,59% respecto al presupuesto medio del curso pasado.
Este desembolso supone para muchos hogares un auténtico desafío financiero que, si no se planifica con tiempo, puede acabar afectando seriamente al presupuesto familiar. Ante esta situación, Iñigo Batuecas, responsable de Banco Mediolanum en la zona Madrid-Centro, ofrece una serie de recomendaciones prácticas para gestionar mejor estos gastos y evitar que el inicio de curso se convierta en un quebradero de cabeza económico.
1. Anticipación: la clave para no llegar ahogado a septiembre
La primera recomendación es clara: planificación y anticipación. La mejor forma, sin duda, es anticiparse y dividir el gasto a lo largo del año. Ahorrar pequeñas cantidades mensuales permite afrontar septiembre con más tranquilidad y evitar que la vuelta al cole se convierta en una carga.
Además, el asesoramiento financiero puede ser de gran ayuda para diseñar una planificación personalizada que tenga en cuenta ingresos, otros gastos fijos y objetivos familiares. De esta manera, momentos como la compra de uniformes, libros o material escolar no desajustan el presupuesto anual.
2. Evitar el endeudamiento por un gasto previsible
El encarecimiento cada año de la ‘vuelta al cole’ puede empujar a algunas familias a recurrir a créditos rápidos o al uso excesivo de tarjetas. El problema es que, si se aplazan los pagos, los intereses son muy elevados.
Para evitarlo, es aconsejable analizar bien los gastos escolares, separar lo imprescindible de lo accesorio y aprovechar todas las ayudas disponibles, ya sean públicas, deducciones fiscales o programas de reutilización de libros. “La clave está en prevenir, no en financiar a última hora un gasto que sabemos que llegará cada septiembre”, advierte el responsable de Banco Mediolanum.
3. ¿Qué parte del presupuesto destinar?
No existe una regla única válida para todas las familias, pero Iñigo Batuecas sugiere una orientación general: “Los gastos escolares no deberían superar el 5-10% del presupuesto mensual, siempre que se repartan a lo largo del año”. Ese porcentaje puede variar en función del número de hijos, el tipo de centro educativo o la situación económica de cada familia, pero lo importante es revisarlo periódicamente y adaptarlo a cada circunstancia.
4. Financiación: solo si no queda otra
Aunque existen microcréditos, préstamos educativos y otros productos financieros específicos, no son la mejor solución para un gasto previsible y recurrente. Lo recomendable es integrarlo en la planificación global de la familia. Y, en caso de no haber alternativa, es fundamental comparar bien las condiciones de la financiación para evitar el sobreendeudamiento.
5. Ahorro a medio y largo plazo
Además del ahorro mensual para cubrir el gasto inmediato de cada curso, es importante crear un plan de ahorro o inversión a medio y largo plazo adaptado al perfil de cada familia, con aportaciones periódicas, ayuda a que estos gastos anuales se afronten con mayor seguridad y sin tensiones económicas.
Incluso puede ser útil abrir una cuenta de ahorro específica para gastos escolares, lo que permite separar este desembolso del resto del presupuesto, visualizar el objetivo y mantener la disciplina con aportaciones automáticas.
6. Involucrar a los hijos en la gestión
La vuelta al cole también puede convertirse en una oportunidad educativa. Es muy recomendable implicar a los niños en la gestión de estos gastos. Se les puede explicar cuánto cuestan los libros o el material y darles un pequeño presupuesto para que elijan su mochila o parte del material escolar. De esta forma, no solo se enseña a los más pequeños a valorar el dinero, sino que se fomenta la educación financiera desde edades tempranas.
Por tanto, podríamos decir que la prevención es la mejor herramienta. Si planificamos con tiempo, ahorramos mes a mes y enseñamos a nuestros hijos a gestionar el dinero, la ‘vuelta al cole’ dejará de ser una amenaza para el bolsillo y se convertirá en un ejercicio de responsabilidad y aprendizaje financiero para toda la familia.














