El choque entre el Gobierno y el primer partido de la oposición ha continuado este martes a cuenta de los incendios forestales, los más graves y dañinos en décadas, que han calcinado ya hasta 200.000 hectáreas según el informe de Copernicus y causado hasta cuatro fallecidos. En esta ocasión han sido los dos máximos dirigentes, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, los implicados directamente en la contienda. Apenas unos minutos antes de la comparecencia del jefe del Ejecutivo en el Puesto de Mando Avanzado en Jarilla (Cáceres), junto a la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, del Partido Popular (PP), el líder de los populares publicaba un mensaje en las redes sociales espetándole a Sánchez que su deber «es prestar socorro, no escatimar e improvisar siempre». De viva voz y de manera velada, el presidente le contestaba reclamándole «lealtad institucional».
De fondo, el choque que lleva días escenificándose, con un PP y sus presidentes regionales señalando la falta de medios como el problema principal en la lucha contra los incendios que siguen activos en Galicia, Castilla y León y Extremadura y un Gobierno central afirmando, por contra, que ya se ha puesto a funcionar todo lo necesario, incluidos los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), mientras que Feijóo viene solicitando desde la semana pasada una mayor involucración del Ejército.
El presidente del PP, en el mensaje de marras, comenzaba haciendo mención precisamente a ello. «Cinco días pidiendo reforzar a las Fuerzas Armadas y la mayoría de lo pedido no ha llegado», decía. Y acusaba también al Gobierno de llevar cinco años «sin aprobar un Mecanismo Nacional de Respuesta de Protección Civil. Todo ello ilustrado con sendos mensajes, también en X, de los presidentes de la Junta de Castilla y León y de la Xunta de Galicia, Alfonso Fernández Mañueco y Alfonso Rueda, en el que ambos, como vienen haciendo los últimos días, lamentaban no haber recibido la suficiente dotación de helicópteros, drones con visores o soldados para vigilancia, entre otras cosas.
De visita al puesto avanzado establecido en Jarilla, en Cáceres, una de las provincias más azotadas por los brutales incendios de las dos últimas semanas, Sánchez aprovechó para insistir en la necesidad de un “pacto de Estado” contra el cambio climático, por el momento una iniciativa sin concreción, y para subrayar la necesidad de que todas las administraciones trabajen de la mano frente a una emergencia como la actual. El PP rechaza esa propuesta por considerar, como viene repitiendo su portavoz parlamentaria Ester Muñoz, que es como proponer «un pacto de Estado sobre los océanos en medio de un tsunami».
“La lealtad institucional, la solidaridad entre territorios y entre países es fundamental, prioritaria, para perimetrar y extinguir estos incendios”, dijo el jefe del Ejecutivo, que desde que decidió activarse, llamar a los presidentes autonómicos de las comunidades asoladas por el fuego y empezar a visitar las zonas de la catástrofe, ha optado por un tono conciliador, muy alejado del empleado por el ministro de Transportes, Óscar Puente, que desde el principio ha criticado a los mandatarios conservadores por “no estar al pie del cañón” y haber recortado las partidas destinadas a la prevención de las llamas. A su lado la presidenta extremeña, Guardiola, se cuidó mucho de no lanzar ningún reproche al presidente del Gobierno. Tanto en el PSOE como en el PP hay un claro reparto de papeles en esta crisis.
El fin de la ola de calor
“La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) nos dice que la ola de calor parece que llega a su fin. Bajan las temperaturas, aumenta la humedad. A ver si se controlan esos vientos y tenemos mejores condiciones para afrontar este incendio. Pero quedan horas difíciles”, continuó Sánchez, quien pidió extremar la “precaución” y aprovechó para anunciar que el próximo martes el Gobierno aprobará la declaración de zonas afectadas por esta emergencia, que sentará las bases de la reconstrucción.
“Ante los incendios y las danas, solo vale una respuesta: la unidad institucional”, concluyó el presidente del Gobierno en una comparecencia sin preguntas, insistiendo en la necesidad de que haya “lealtad institucional, corresponsabilidad y consistencia de las políticas y los recursos económicos que se despliegan”. Lo cual no quita para que a primera hora de la mañana, el ministro de Transformación Digital, Óscar López, acusara a los presidentes del PP de “escurrir el bulto” ante los incendios, al poner el fondo en la responsabilidad del Gobierno cuando las competencias en este campo son autonómicas.
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