¿Qué preferirías: una porción de pepperoni recién salida del horno o un dividendo mensual que cae con la misma puntualidad?
La respuesta puede no ser excluyente. Dos compañías canadienses han convertido la pizza en un vehículo de inversión con una particularidad que fascina a quienes buscan ingresos recurrentes: reparten dividendos todos los meses. Y lo hacen desde un modelo de negocio que combina márgenes altísimos, retorno sobre capital envidiable y un ‘moat’ (ventaja competitiva) difícil de replicar.
Como señalan los expertos de Inversión Independiente, “es un negocio de calidad en sí mismo: altos márgenes, retornos sobre el capital elevados y una ventaja competitiva que, cuando se consolida, genera rentabilidad casi automática”.
EL SECRETO ESTÁ EN LOS ‘ROYALTIES’
El concepto es sencillo y poderoso: los franquiciados ponen el capital y asumen los riesgos operativos, mientras el franquiciante cobra una comisión porcentual de las ventas. Esto explica por qué los márgenes netos superan de largo los de la restauración tradicional, donde un 10% ya es motivo de celebración.
En este esquema, la alineación de intereses es perfecta. “El franquiciador gana más cuanto más factura la franquicia”, resumen estos analistas. El resultado: un negocio con baja inversión propia, rentabilidad creciente y un flujo de ingresos que se transforma en dividendos regulares para el accionista.
PIZZA PIZZA ROYALTY CORP: «UNA PEQUEÑA JOYA»
Con apenas 400 millones de dólares canadienses de capitalización, Pizza Pizza Royalty Corp es una empresa desconocida fuera de Canadá, pero con cifras que impresionan. Sus 800 restaurantes -bajo las marcas Pizza Pizza y Pizza 73- generan un margen neto superior al 75%. Sí, setenta y cinco por ciento.
Además, la compañía ha iniciado una expansión internacional con tres locales en México, a través de un acuerdo con Food Gurú, que actúa como masterfranquicia.
Su estructura societaria es algo compleja -con distintos tipos de acciones y la presencia de Pizza Pizza Limited con un 33%-, pero su atractivo está en otro sitio: más del 90% del beneficio neto se reparte a los accionistas vía dividendo.
El historial es sólido: más de diez años consecutivos pagando un dividendo mensual, con ligeros aumentos salvo en el paréntesis de la pandemia. Aunque la cotización se ha mantenido plana, la rentabilidad total, incluyendo dividendos reinvertidos, supera el 250%.
“A simple vista, parece que la acción no se mueve, pero si reinviertes los dividendos, la historia es muy distinta”, recuerdan estos economistas.
BOSTON PIZZA ROYALTIES: UNA VACA LECHERA CONSOLIDADA
Boston Pizza Royalties Income Fund juega en la misma liga, aunque con un recorrido aún más largo. Se trata de un fondo que gestiona indirectamente la marca Boston Pizza, con unos 370 restaurantes en Canadá. Cotiza también en torno a los 400 millones de dólares canadienses y reparte dividendos mensuales desde 2004.
Durante la pandemia suspendió los pagos temporalmente, pero su historial se mantiene intacto. El balance es claro: una subida del 80% en bolsa desde su salida, que se convierte en más de un 1.000% al incluir dividendos.
El rendimiento actual ronda el 7% anual. No se espera que crezca mucho, pero su fiabilidad como generador de caja es incuestionable. “Para una cartera de dividendos que busque una vaca lechera que ordeñar, esta es una opción excelente”, concluyen estos estrategas.
RECOMENDACIONES PARA EL INVERSOR
Ambas compañías ofrecen lo que muchos inversores de renta fija persiguen: visibilidad, recurrencia y pagos mensuales. No es habitual encontrar negocios cotizados con esta dinámica.
Las claves para tener en cuenta son:
– Ingresos estables: al basarse en ‘royalties’ porcentuales, el negocio se ajusta automáticamente a la marcha de las ventas.
– Rentabilidad sobre capital: al no necesitar inversión propia para crecer, la eficiencia es extrema.
– Dividendos mensuales: convierten la acción en una especie de “bono corporativo” con recorrido bursátil.
Eso sí, conviene recordar que son valores de pequeña capitalización y con exposición concentrada en un sector concreto (restauración rápida en Canadá). La liquidez es limitada y no hay grandes motores de crecimiento.
UNA LECCIÓN MÁS ALLÁ DE LA PIZZA
El atractivo de estos valores no es solo la rentabilidad. También dejan una enseñanza sobre el poder de los modelos de negocio con ventajas estructurales. Empresas que, sin necesidad de expandirse agresivamente, pueden generar valor año tras año gracias a una fórmula simple y repetible.
Estos analistas lo resumen con ironía: “Quizás sea exagerado decir que estas compañías no hacen nada. Claro que hacen. Pero el dinero lo pone otro, y el dividendo llega cada mes”.
En tiempos en que muchos buscan el próximo “unicornio” tecnológico, estas compañías muestran otro camino: la paciencia, la disciplina y la renta periódica.
CONCLUSIÓN
El menú está servido: dos empresas discretas, con un modelo robusto y dividendos mensuales que endulzan cualquier cartera. Pueden no ser los valores más emocionantes ni los que aparezcan en titulares de Wall Street, pero su propuesta es sencilla: flujos de caja constantes que se transforman en rentabilidad tangible.
Al final, la reflexión es inevitable: ¿acaso hay alguien en este planeta a quien no le interese cobrar un dividendo cada mes?