Si un alto al fuego inesperado no emerge en la escena desoladora del enclave palestino, todo parece indicar que el Ejército israelí expandirá en breve su ocupación hacia la Ciudad de Gaza, así como otras zonas costeras como Al Mawasi, tal y como aprobó el Gobierno de Binyamín Netanyahu hace poco más de una semana.
Pero para ejecutar el plan, el Ejército israelí necesita efectivos, de los cuales carece. Concretamente, para llevar a cabo esta nueva etapa de la ofensiva, se requerirían entre 80.000 y 100.000 reservistas. Según los cálculos militares, existe un déficit de 12.000 soldados, de los que 7.000 deberían ser efectivos de combate.
Para compensar la falta de personal, la Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) planean reclutar soldados de comunidades judías en la diáspora, tal y como declararon a Efe portavoces militares. Además, este lunes la radio militar Galei Tzahal confirmó que el reclutamiento provendrá esencialmente de Estados Unidos y Francia. El objetivo es claro: aumentar el número de soldados judíos de estas comunidades en unos 600-700 adicionales al año.
No obstante, la carestía de efectivos es mucho mayor que lo que puede llegar a ofrecer esta iniciativa, lo que se traduce en 7,5% de déficit. Por eso en las últimas semanas el Gobierno israelí ha buscado otras fuentes de reclutamiento.
Los ultraortodoxos no se libran
El servicio militar es obligatorio en el país para la mayoría de los ciudadanos a partir de los 18 años. Hasta ahora, la comunidad jaredí (ultraortodoxa), que constituye alrededor del 15% de la población, estaba exenta por dedicarse a estudios religiosos. La situación actual llevó al Tribunal Supremo de Israel a ordenar al Ejército que comience a reclutar a ultraortodoxos para reforzar su ofensiva en la Franja de Gaza.
Según un comunicado castrense, durante julio de 2025 el Ejército envió 54.000 órdenes de reclutamiento a miembros de la comunidad jaredí para «completar el proceso de alistamiento». Desde julio de 2024 hasta mayo de 2025, ya se habían enviado otras 24.000 citaciones, aunque solo poco más de 1.000 ultraortodoxos se presentaron a ellas. El Ejército también advirtió que intensificará las «medidas de cumplimiento» contra quienes evaden el servicio.
La decisión provocó tensiones dentro del Gobierno de Netanyahu: el partido ultraortodoxo Judaísmo Unido de la Torá abandonó la coalición por la negativa del Ejecutivo a restablecer exenciones para sus comunidades. Poco después, el partido Shas también dejó el Gobierno —sin llegar a retirarse de la coalición ni su apoyo en el Parlamento— debido al mismo conflicto. Con las tensiones internas, la mayoría parlamentaria de Netanyahu pende de un hilo: 61 de 120 escaños, es decir, a solo uno de perderla.
Tensión y movilización en Israel
Entretanto, crecientes protestas sacuden Israel. Este domingo, 200.000 personas se sumaron a la movilización para exigir la liberación de los rehenes en Gaza antes de proseguir con nuevas ofensivas militares. Las manifestaciones se extendieron por ciudades como Tel Aviv y Jerusalén, bloqueando carreteras y llevándose cabo acampadas en la frontera con Gaza. Al menos 38 personas fueron detenidas.
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