Paraísos en llamas

En la era del calentamiento global es necesario cambiar el modo de pensar para afrontar sus efectos. En vivo y en directo estamos viendo el peso de las altas temperaturas en la propagación de grandes incendios en todo el mundo, aunque no sea la única causa. Este verano en Montreal (Canadá), como ahora en Asturias, el cielo estaba velado por el humo de Manitoba, un lejano paraíso del bosque boreal. Solo medidas de intensidad sin precedentes, de tipo global, frenarían un cambio climático también sin precedentes. Pero a la vez no es posible combatir sus efectos locales sin una población fijada al territorio en disposición de preservarlo y defenderlo, sin unos medios que multipliquen los actuales y sin un mayor castigo al incendiario Todo ello exige un cambio de mentalidad, en la gente y los políticos. En la era en que nos ha tocado vivir los paraísos climáticos no existen. Los infiernos sí.

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