El español Ángel Piqueras (KTM) logró la victoria nueve grandes premios después, desde su último triunfo en Qatar, al vencer el Gran Premio de Austria de Moto3 que se disputó en el circuito ‘Red Bull Ring’ de Spielberg, donde el murciano Máximo Martínez Quiles, que cruzó la línea de meta en primera posición en quince de las veinte vueltas, se quedó al final fuera del podio al quedar cuarto en un tramo final donde se vio lastrado por una advertencia de sanción por exceder los límites de la pista. Quiles, quien había subido al cajón en cinco de las últimas seis carreras, se tuvo que conformar al final con un cuarto puesto que le dejó un sabor agridulce. Por su parte, el también murciano Álvaro Carpe, que llegó a rodar decimocuarta antes del ecuador del gran premio después de sufrir un percance en la tercera vuelta, cuando rodaba en el grupo de cabeza, remontó hasta la décima plaza.
Piqueras ha logrado recortar diferencias con el líder de la competición, el también español José Antonio Rueda (KTM), que acabó en la quinta posición, en tanto que en el podio también acabaron el japonés Ryusei Yamanaka (KTM) y el español David Muñoz (KTM).
El argentino de origen español Valentín Perrone (KTM) tuvo la responsabilidad de salir desde la ‘pole position’ y si bien intentó beneficiarse de esa posición, en la apurada de frenada de final de recta se ‘coló’ por el interior el español Ángel Piqueras (KTM), mientras que Máximo Quiles (KTM) tuvo que conformarse con posicionarse tras ellos, aunque antes de concluir la primera vuelta ya había superado a Perrone.
La velocidad de la moto de Quiles le permitió superar a Piqueras en la larga recta de meta, en la que ya pudo dibujarse una primera escapada de un cuarteto de pilotos con cierta ventaja sobre el resto.
Valentín Perrone, Máximo Quiles, Ryusei Yamanaka (KTM) y Ángel Piqueras eran los integrantes del mismo, con el italiano Dennis Foggia (KTM) liderando al grupo perseguidor, formado por hasta once pilotos, entre los que estaban Álvaro Carpe (KTM), David Almansa (Honda), José Antonio Rueda (KTM), David Muñoz (KTM), Adrián Fernández, el italiano Guido Pini (KTM) o los australianos Jakob Roulstone (KTM) y Joel Kelso (KTM).
En cabeza de carrera, Quiles asumió el liderato con la maestría de un veterano de la competición, a pesar de ser ‘rookie’ (debutante), marcando un fuerte ritmo que estiró aún más al cuarteto de cabeza y que incrementó la distancia respecto al resto de perseguidores, entre los que Rueda iba escalando posiciones poco a poco.
Quiles perseveró al frente de la carrera, marcando un ritmo muy fuerte, lo que aumentó a más de un segundo y medio la ventaja respecto al grupo de Foggia en el sexto giro, cuando todavía quedaban catorce vueltas por delante.
Apenas un par de vueltas más tarde la ventaja del cuarteto superaba los dos segundos, lo que dejaba claro que la carrera estaba rota y que sólo un cambio de ritmo por detrás, propiciado a partir de ese momento por el español Adrián Fernández, podía recortar las distancias.
Y lo cierto es que Adrián Fernández comenzó a marcar un ritmo más fuerte que los pilotos de cabeza de carrera, en donde el japonés Ryusei Yamanaka había asumido el liderato, y las diferencias comenzaron a descender décima a décima de segundo.
Probablemente avisados por sus equipos desde el muro de la calle de talleres, Quiles recuperó la primera posición, perseguido por Piqueras, para intentar romper definitivamente el ritmo de la prueba y distanciarse de sus perseguidores.
El tirón de Quiles, que tuvo un susto en la curva uno que le hizo perder un par de posiciones, no logró romper al cuarteto de cabeza, como tampoco evitar que poco a poco y siempre con Fernández marcando el ritmo, se fuesen acercando sus perseguidores por detrás, entre los que el líder de la categoría, José Antonio Rueda, ya era sexto.
A siete vueltas del final, Piqueras era líder de la carrera con Perrone pegado a su rebufo, mientras que Quiles se reponía del susto y volvía hasta la cabeza de carrera, con Fernández a sólo siete décimas de segundo del cuarteto de cabeza.
Pero el fuerte ritmo de Fernández le hizo cometer un error a cuatro vueltas del final que le hizo perder un par de posiciones en favor del japonés Taiyo Furusato (Honda) y Muñoz, todos ellos cada vez más cerca del cuarteto de cabeza, en donde Perrone recuperó la primera posición a tres vueltas del final.
En esa vuelta, en la diecisiete, Furusato y Muñoz enlazaron con los cuatro de cabeza, en donde Quiles volvía a ser líder y todo permitía presagiar un apurado final del carrera, con Rueda, séptimo, intentando enlazar con ellos.
Muñoz, con la agresividad que le caracteriza, fue ascendiendo posiciones para ponerse segundo, tras Piqueras y por delante de Furusato. Nada estaba decidido y todo podía suceder en la última vuelta de carrera.
Pese a los intentos de sus rivales, Piqueras supo defender la primera posición en la que entró en la última vuelta, mientras que por detrás a Furusato le sorprendieron varios de sus rivales, en particular su compatriota Yamanaka, que acabó segundo, con Muñoz, tercero tras un agresivo adelantamiento a Quiles, logrando su cuarto podio consecutivo.
El líder del Mundial, José Antonio Rueda, logró mejorar dos posiciones para pasar de la séptima a la quinta plaza final.