Cada verano en Galicia, cientos de socorristas vigilan nuestras playas para que podamos disfrutar de unas vacaciones tranquilas. En los últimos días, uno de esos vigilantes protagonizó un rescate digno de reconocimiento en la playa de Bastiagueiro (Oleiros, A Coruña), donde tres personas fueron sacadas del mar tras quedar atrapadas por la corriente en un día de fuerte oleaje.
El incidente ocurrió el 6 de agosto En ese momento, un grupo de cinco socorristas se coordinó para actuar de forma rápida y efectiva. Entre ellos estaba Carlos Torre, de 19 años, quien vivió su primer rescate real.
Una actuación coordinada y contra reloj
“Informaron que tenían que ir al agua a por unos chicos. En ese momento nosotros, que estábamos en la otra punta de la playa, salimos corriendo hacia allí y por las comunicaciones nos especificaban que eran tres chicos los que estaban en el agua. Entonces también teníamos a un auxiliar de información, la primera en auxilios en el puesto de socorrismo, a la cual dio el recibido a todo. Y corriendo, cogió oxigenoterapia y botiquín y fue bajándolo mientras nosotros empezábamos el rescate”, relata Carlos.
Playa de Bastiagueiro (Oleiros)
Tres de los profesionales entraron al agua y el resto permanecieron fuera para dar apoyo. “Uno salió solo, entonces quedaron dos. El más crítico lo llevaron entre los dos que entraron primero y el otro, que se mantenía pero no podía volver, fui yo más tarde a por él y lo fui sacando poco a poco. Era un día así, con bastantes olas… no fue un rescate fácil”, reconoce.
Finalmente, la ambulancia trasladó al joven en peor estado, que presentaba mareos y había tragado bastante agua.
Adrenalina y formación, claves del éxito
En el momento del rescate, apenas tuvo tiempo de pensar. “La verdad que la adrenalina lo hace todo, porque uno no está preparado para ver situaciones impactantes como la de este chico, que llegó a vomitar y estaba mareado. Pero al tener los conocimientos que te dan en el curso, y además la adrenalina, te sale todo por inercia”, dice.

Un socorrista durante un entrenamiento en la playa
El joven subrayó la importancia del entrenamiento previo: “Eso es algo que hablamos previamente, lo tenemos organizado entre todos, nos ponemos en diferentes sitios. Y además, los días de mal tiempo, que hay poca gente en la playa, organizamos prácticas para que todo salga directamente”.
Reconocimiento inesperado
El rescate no pasó desapercibido. El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, recibió a los socorristas en el Ayuntamiento.

Recepción del alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, a los socorristas de Bastiagueiro
“Por un rescate nunca te esperas que el alcalde te llame para darte las gracias», afirma Carlos, sorprendido por el gesto. De todas formas, hay un detalle importante, y es que el regidor fue testigo de lo sucedido. «El alcalde estuvo allí durante el rescate, lo vio todo y en algún momento nos había preguntado qué había pasado, si estaba todo bien… viene un poco por eso también”, recuerda.
La vocación de ser socorrista
Aunque era su primer rescate como tal, Carlos no era nuevo en situaciones complicadas. “Por ejemplo, el año pasado en Santa Cristina ya me había tocado una parada cardiorrespiratoria. Y hace dos años, en Bastiagueiro, un dedo que se lo cortaron con una tabla de surf”, explica.
Compatibiliza su labor con sus estudios de Ingeniería Industrial en Ferrol. “La verdad que es un trabajo que me gusta, es muy acompañable con los estudios porque al final es un trabajo de verano que está muy bien. Pagan bien y el curso te lo deja libre para estudiar”, señala.
Y, para el futuro, lo tiene claro: toda vez que s pueda compaginarlo con sus estudios, seguirá desempeñando esta labor. “Mientras siga estudiando, en principio yo voy a seguir en este trabajo. En verano tienes muchísimo tiempo libre, al final tienes una ocupación y estás sacando algo de dinero, y eso siempre ayuda. Es un trabajo que a mí personalmente me gusta”, afirma.