El incendio de Porto, que comenzó el pasado jueves 14 de agosto ha tomado una peligrosa deriva que llevó a la declaración de Nivel 2, pasadas las seis de la tarde de este sábado. Las elevadas temperaturas, una tormenta seca no prevista y las fuertes rachas de viento cambiante, que llegaron a superar los 50 kilómetros, por hora provocaron la rápida propagación del fuego y la expansión del frente hasta alcanzar unos 14 kilómetros.
El rápido avance de las llamas, que se propagaron desde Valdeinfierno hasta Peña Trevinca, obligó a incrementar los medios del operativo de extinción desplegados en la zona y a recurrir al sistema de envío de mensajes Es-Alert para advertir de la gravedad de la situación e intentar que los 125 vecinos que permanecían en Porto procedieran a su desalojo.
La Guardia Civil ha estado intentando desde el viernes que todo el mundo saliera del pueblo, más aún tras el agravamiento del incendio por las condiciones meteorológicas. Incluso se abrió una vía de evacuación hacia Puebla de Sanabria. Los vecinos que voluntariamente han aceptado salir han sido derivados a lugares seguros.
La rápida propagación de las llamas provocó situaciones de gran tensión. Tres vehículos, una motobomba y dos pick up quedaron atrapados en el fuego, pero por fortuna los bomberos del operativo de extinción de la Junta consiguieron salvarse «in extremis» haciendo un cortafuegos con la retroexcavadora y refugiarse dentro del área que ya se había quemado.
La situación es tan comprometida que los ganaderos, que llevaban 24 horas pendientes de mover el ganado en la sierra de Porto, en la que en la actualidad podrían concentrarse unas 5.000 cabezas de ovino, vacuno y caballar, se movilizaron ayer para trasladar las reses de las «zonas más complicadas» hacia el entorno del embalse de Puente Porto.
El esfuerzo de los ganaderos no fue suficiente para impedir que media docena vacas y yeguas perecieran al quedar rodeadas por el fuego. De hecho, un helicóptero intentó espantar a los animales para que rompieran el cercado, pero finalmente fueron devorados por las llamas, al no conseguir derribarlo. Los ganaderos manifestaron su indignación por la falta de medios en esta zona de la Alta Sanabria, ya que por la mañana el fuego «estaba bastante controlado».
El cambio de viento provocó que el incendio se descontrolara por la tarde, lo que agravó la situación y solo entonces aumentaron los medios hasta un total de 34, aunque al caer la noche se retiraron los aéreos. Los profesionales del operativo procedieron a realizar unos cortafuegos para intentar controlar el avance de las llamas hacia el pueblo. En principio, esta noche se prevé una meteorología favorable, durante la que el operativo de extinción desplegado en la zona tenía previsto llevar a cabo trabajos orientados a proteger a la población que permanece en Porto.
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