Iván Sánchez fue uno de los gogós más conocidos de España, admirado por su físico y presente en las discotecas más exclusivas. Sin embargo, detrás del éxito se sentía reducido a un simple objeto de deseo.
Su relación con Carlos Armas, el rostro más visible de Locomía, estuvo marcada por el amor, pero también por la presión mediática y el desgaste del mundo de la noche. «En los 90 dabas una patada y te salía de todo», cuenta, «Yo ganaba muchísimo dinero».
Cansado de la exposición y de ser valorado solo por su imagen, Iván decidió alejarse del foco mediático. Hoy nos cuenta cómo está su vida ahora: «Yo he confiado mucho en la gente y me he llevado muchos desengaños».
«Mi madre antes de morir me lo advirtió, me dijo que me iban a pasar cosas buenas y muy malas», dice respecto a la premonición de su madre sobre la época oscura que viviría y ha plasmado más tarde en su libro. ¡Dale al play!