El FC Barcelona ha comenzado este sábado su defensa del título liguero con una cómoda victoria (0-3) en el duelo ante el RCD Mallorca de la primera jornada de La Liga 2025/26.
Los de Hansi Flick salieron con fuerza y resolvieron el choque en la primera media hora. Raphinha abrió la lata de cabeza tras un centro medido de Lamine Yamal en el 7′ y Ferran Torres hizo el segundo en el 23′ en una jugada polémica que desató la ira en Son Moix.
Los primeros 45 minutos fueron una pesadilla para los locales. Morlanes fue expulsado por doble amarilla y Muriqi dejó a los suyos con nueve tras una acción temeraria en la que levantó la pierna y golpeó al debutante Joan García en la cara.
Las gradas de Son Moix fueron un clamor contra el colegiado durante todo el primer tiempo, pero las circunstancias del partido enfriaron los ánimos y la segunda mitad fue un trámite en el que el debut de Marcus Rashford, inscrito hace menos de 24 horas, fue lo más noticioso.
Los de Flick no hicieron sangre, conscientes de su superioridad numérica, y el Mallorca trató de competir con dignidad con dos jugadores menos.
Más allá de un palo de Dani Olmo y algunos avisos de Lamine, que buscó el tanto durante todo el partido y dejó sus habituales detalles de calidad, no hubo demasiada acción en las áreas. El partido murió al descanso y la recta final evidenció la falta de físico propia de estas alturas de temporada.
Cuando el partido parecía dictado para sentencia, Lamine Yamal cerró el marcador con un auténtico golazo por la escuadra que demuestra su espectacular estado de forma en este inicio de campaña.
Cuando el partido parecía dictado para sentencia, Lamine Yamal cerró el marcador con un auténtico golazo por la escuadra que demuestra su espectacular estado de forma en este inicio de campaña.
Primera parte accidentada
La primera media hora fue un monólogo culé, pero es imposible explicar lo sucedido sobre el césped sin la sucesión de jugadas accidentadas que, poco a poco, fueron encendiendo los ánimos de las gradas de Son Moix.
El choque fue más accidentado que polémico, pero también hubo jugadas muy discutibles. La que más encendió a la grada fue el segundo tanto culé, firmado por Ferran Torres.
Tras un chut de Lamine que se estrelló en la cabeza de Raíllo, el central cayó desplomado al suelo y la pelota le cayó al 7 blaugrana.
Ferran Torres anota el segundo con Raíllo en el suelo.
Los jugadores, atónitos, daban por hecho que el juego había sido detenido y la defensa se desentendió de la jugada. Ferran se detuvo sin saber qué hacer, pero chutó a portería con un golpeo que se coló por la escuadra.
Los jugadores del Barça no sabían si celebrar el gol y los del Mallorca se lanzaron sobre Munuera Montero para pedirle que el tanto no subiese al marcador.
El colegiado no había pitado ni indicado que el juego debía detenerse, así que el gol era legal. Los aficionados, que no entendían nada, estallaron contra el árbitro y consideraron que el Barça se había beneficiado de una jugada con tintes antideportivos.
Lamine controla el balón sobre la línea en la jugada previa al primer gol del Barça.
El primer gol culé también fue protestado. Lamine Yamal puso un centro medido que Raphinha envió a la red, pero el Mallorca protestó alegando que en el control del 10 la pelota se había ido fuera por la banda. El VAR intervino y decretó que la pelota no había salido del todo y el gol subió al marcador.
Dos expulsados
Por si fuera poco, el Mallorca se quedó con nueve jugadores por la expulsión de Morlanes (doble amarilla) y Muriqi (roja directa).
El centrocampista bermellón derribó a Lamine en la frontal con una entrada a destiempo que le costó la segunda amarilla, mientras la roja al delantero también obligó al VAR a intervenir.
En un salto, Muriqi estiró la pierna a la altura de la cabeza de Joan García y golpeó al portero en la cara. En primera instancia, el colegiado decretó amarilla, pero el VAR, que este año pretende intervenir solo ante errores claros, consideró que la acción era merecedora de roja.
Arrasate protesta al colegiado Munuera Montero.
EFE
Munuera Montero acudió al monitor y la imagen no dejó lugar a dudas. Consideró que Muriqi levantó la pierna de forma temeraria y el árbitro decidió expulsarlo.
Entre tanto accidente, se tuvieron que añadir siete minutos de descuento antes del descanso y ahí también hubo protestas. Tal como estaba el partido, una fea entrada de Raphinha (que le costó amarilla) acabó por caldear los ánimos en Son Moix.
La grada pedía la roja y aplaudía irónicamente cada decisión a favor del Mallorca. Los jugadores de Arrasate, de hecho, increparon al brasileño de camino a vestuarios.
Segunda parte
El segundo tiempo no tuvo historia. Con dos jugadores menos y dos goles de desventaja, el Mallorca compitió con dignidad ante un Barça destensado que apostó por no hacer sangre y jugar a medio gas.
No le gustó la imagen de los suyos a Hansi Flick, que dejó bien claro en el pospartido que le decepcionó ver a sus jugadores relajándose, dejando de competir y de buscar más goles.
El alemán aprovechó para dosificar los minutos de algunos jugadores y dio entrada a Gavi, Joffre, Koundé y, sobre todo, Marcus Rashford. El inglés fue inscrito in extremis y debutó en La Liga con el duelo resuelto.
Lamine Yamal fue el único que seguía intentándolo, ávido de irse del partido con un gol en su cuenta personal. Leo Román se lo negó en varias ocasiones, pero el 10 está imparable.
En los últimos instantes de partido, hizo su jugada de siempre. La que todos conocen y, sin embargo, siempre acaba en gol.
Ya en el descuento, Lamine recibió el balón escorado, donde más le gusta, se fue hacia adentro y se sacó un potente e incontestable disparo a la escuadra para cerrar el marcador. El partido ya llevaba cerrado mucho tiempo, pero certifica que el vigente campeón y su estrella no se conforman con los éxitos del pasado.